Gobierno decidió expulsar del país a Fischer Heinz Thorsten, el turista alemán que tenía de caseros a los locatarios de Pucón. Se daba la gran vida con su denominado "experimento social": consumir en restoranes y hoteles e irse sin pagar ni un centavo.
"Es una suerte de experimento social". Esta académica explicación terminó por coronar, el 17 de agosto pasado, a Fischer Heinz Thorsten como el campeón mundial de los chantas. Porque días antes ya se había hecho famoso en el país como el rey del perro muerto, debido a sus interminables correrías en Pucón.
El turista alemán, bautizado también como el " Káiser del perro muerto", estuvo durante más de un mes disfrutando de las gastronomía y la hotelería de la comuna de Región de la Araucanía. Y totalmente gratis.
Pero ayer tuvo que pagar la cuenta. La poco grata visita tenía, desde ayer, 72 horas para salir del país, tras un decreto que firmó el Ministerio del Interior, a manos del subsecretario Rodrigo Ubilla, para expulsarlo por fresco.
El europeo está actualmente en prisión preventiva. Y, por lo mismo, el fiscal de Pucón, Jorge Calderara, señaló que pese al decreto del Interior, Fischer primero debe responder por su responsabilidad penal en los delitos de estafa. Y la audiencia, donde se busca una condena en un proceso abreviado, está fijada para la próxima semana.
Viejo pascuero
El rey del perro muerto llegó al país el 4 de julio en calidad de turista. Tenía permiso para estar en el territorio nacional hasta el 4 de octubre y decidió hacerlo a su manera: sin pagar. Así, caradura.
Su modus operandis siempre era el mismo. Llegaba con su pinta de viejito pascuero a restoranes y hoteles, donde lo atendían amablemente. Comía y bebía de acuerdo a su abultado estómago. Cuando llegaba el mozo a cobrarle la cuenta, decía que tenía dramas con su tarjeta de crédito, pero que volvería al otro día a cancelar. Confiaban en él e incluso le envolvían las sobras para que se las llevara.
La desfachatez le pasó la factura. Fue detenido y formalizado por estafas: había realizado pedidos de entre 70 y 30 mil pesos en seis locales de la zona. Y lo dejaron libre con la obligación de ir a firmar.
Pero el teutón no cedió. Fue detenido por el robo de seis bebidas de un local al interior de un mall, donde incluso se quedó a dormir. Y luego cayó por el hurto de mercadería en un supermercado.
Tras ser formalizado por este último delito, el alemán dijo que el "experimento social" lo hacía "para ver cómo tratan a los alemanes. Déjenme decirlo de una forma especial, si vas a un restaurante o una tienda y dices 'soy pobre, no tengo dinero, pero conseguiré plata pronto', incluso si estás diciendo la verdad, la gente te va a rechazar".
Nuevamente quedó libre, pero citado al tribunal, pero le hizo perro muerto a la Justicia, ya que no se presentó, lo detuvieron y mandaron a pasar sus últimos días en el país en una celda.