Mientras reporteaba junto a su equipo el conflicto bélico en Yitomir, Kiev, policías ucranianos los apuntaron directamente con armas y los retuvieron por más de una hora.
Tensos momentos vivió Paulina de Allende-Salazar junto a su equipo de trabajo en Kiev, Ucrania, cuando luego de grabar imágenes de una escuela que había quedado completamente destruida tras los ataques de Rusia, policías ucranianos se detuvieron detrás del auto de Mega y comenzaron una detención.
Luego de bajarse de sus vehículos, los policías ucranianos apuntaron con armas de fuego a Paulina y su equipo de trabajo y pese a explicar que eran periodistas chilenos cubriendo la lamentable situación, fueron subidos a dos autos que los llevaron hasta un recinto militar.
En este, fueron interrogados por más de una hora y los policías les ordenaron mostrar todo lo que habían fotografiado y grabado a lo largo del día. Respecto a la situación, Paulina de Allende-Salazar comentó en Meganoticias Prime: “Estamos en zona de guerra, hay mucha seguridad, hay mucho control policial, te paran seguidamente, pero vivimos una experiencia particularmente compleja”.
“Veníamos de grabar una escuela donde estudian 1.500 niños y que fue destruida. Íbamos hacia el sector de la población civil que está transformada en astillas y de repente comienzan unas sirenas policiales”, continuó.
“Terminamos con autos policiales por detrás y por delante de nuestro vehículo y lo que nos llamó mucho la atención es que en cosas de segundos se bajan policías y gente de civil con una cinta amarilla en el brazo, que es el distintivo, pero al tiro nos encañonan, nos ponen la punta del arma, al menos tres personas, dirigida directamente hacia nosotros”, aseguró Paulina de Allende-Salazar respecto al duro momento que vivió.
La periodista relató que “no hay mucho diálogo en el inicio, empiezan a subir el tono, nosotros nos mantuvimos bastante calmados, mostramos documentos, dieron vuelta nuestra auto y nos dividen en dos autos y nos llevan con hombres armados hasta un lugar que era una especie de recinto militar”.
“Nos ingresan a una sala bien cerrada, que tienen un vidrio donde se puede ver solo de un lado, muy estrecha, con una mesa larga y empiezan a hacernos preguntas entre cinco a seis personas que se van rotando. Nos sacan fotografías por delante, por el lado y le sacan fotografías a las huellas de los zapatos”, relató de Allende-Salazar.
“Lo primero que nos piden es mostrarles todo lo que habíamos grabado y las fotografías de la cámara. Nos hacen borrar parte de lo que había en una de ellas que tiene que ver con los puntos de control”, concluyó Paulina respecto al difícil momento que vivió junto a su equipo de trabajo.
Lamentablemente para los periodistas en Ucrania, la situación que se está viviendo es excesivamente compleja, por lo que los controles policiales seguirán siendo parte del protocolo a enfrentarse para poder continuar de la mejor forma con la labor en un país que continúa siendo invadido por Rusia.
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