Como un custodio de los derechos humanos en Chile y un protector de los abusados fue reconocido durante décadas el ex sacerdote, Cristián Precht Bañados (79).

Pero el pasado 12 de septiembre el ex diocesano recibió la más dura de las penas que impone la Iglesia a sus pastores y que aplica en casos de herejía, apostasía, cisma, profanación de las especies sagradas, solicitación en confesión y delitos contra el sexto mandamiento (no cometerás actos impuros).

El Papa Francisco le quitó su estado clerical y con ello perdió las facultades que tenía como religioso y el derecho a recibir apoyo económico de su diócesis o comunidad religiosa, tras medio siglo de ejercicio sacerdotal.

Precht llegó a este mundo el 23 de septiembre de 1940 en el seno de una familia acomodada. Fue uno de los cinco hijos de Héctor Precht Castro y de Marta Bañados Martínez.

Cursó sus estudios en el Saint George's College. En 1961, ingresó al Seminario Pontificio de Santiago y fue ordenado sacerdote por monseñor Fernando Ariztía, el 6 de agosto de 1967.

Ese mismo año obtuvo su Licenciatura en Teología en la Universidad Católica. Trabajó como formador en el mismo seminario donde estudió y como asesor de la Acción Católica Universitaria, hasta que en 1969 viajó a Roma a especializarse en Liturgia. En 1972 obtuvo la Licencia.

A su regreso al país formó parte del Comité Pro Paz, entidad creada para la defensa y promoción de los derechos humanos.

En 1976, el cardenal Raúl Silva Henríquez lo nombró vicario de la recién creada Vicaría de la Solidaridad, entidad creada para dar auxilio a las víctimas de los derechos humanos durante el Gobierno Militar.

Fue bajo su dirección que el organismo recibió uno de los mayores reconocimientos que recibe la ONU por su labor, en 1978.

En 1979 asumió como vicario de la zona Oriente de Santiago y como secretario pastoral de la Arquidiócesis, cargos que ejerció hasta que el cardenal Juan Francisco Fresno lo nombró vicario general de Pastoral en la Navidad de 1983. Hasta el 2009 su carrera continuó ascendiendo dentro de la Iglesia, donde siempre ocupó puestos destacados.

En el 2011 la historia cambio, pues fue investigado por abuso sexual de jóvenes y menores. Tras probarse que tenía responsabilidad en estos delitos, el vicario Jaime Ortiz, quien llevó adelante las indagatorias, sugirió para él la expulsión del sacerdocio, pero el actual arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, rebajó a 5 años de suspensión del ejercicio sacerdotal.

A fines de este 2017 se cumplió el plazo de su pena y en marzo del 2018 surge un nuevo escándalo, el caso de los padres marianos, donde fue sindicado como encubridor.

El 15 de septiembre de 2018 el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Luis Ladaria, notificó al Arzobispado de Santiago que el Papa Francisco decretó, de forma inapelable, la dimisión del estado clerical.

Con esto Precht se suma a la docena de curas chilenos expulsados de la iglesia por abusos, desde que comenzaron las investigaciones.