¡Penca! Burro de Toulon perdió feo con El Farkas

Printemps vive en Valdivia, donde sus fluidos son recolectados y guardados en laboratorio.

Dos machos extranjeros, que hoy viven en Chile, disputaron el corazón de más de sesenta yeguas de San Fabián de Alico, en la Región del Bío Bío.

Aunque está más que dotado en todo sentido, la historia del burro Printemps resultó ser más solitaria que un dedo.

Este macho francés, que vive en el criadero de Pupunahue, en Valdivia, todavía no conoce el amor. Al contrario, debe conformarse con saciar su ímpetu sexual en yeguas maniquíes.

“Deposita el semen en una vagina artificial, donde hay un receptáculo con filtros para espermios”, explicó Alfredo Ramírez, biólogo de la U. Austral y conocido del asno.

El semental europeo, al parecer originario de Toulon, tiene una genética única para soportar la altura y el clima en la montaña.

Por eso, su fluido es congelado para inseminar a yeguas, con el fin de obtener mulares poderosos.

Así fue como las semillitas de Printemps llegaron hasta la precordillera de San Fabián de Alico, en Ñuble, región del Bío Bío.

"Acá necesitamos animales fuertes pa' trabajar y subir la montaña", contó al diario pop el pequeño agricultor José Alamiro, dueño de La Muñeca y usuario del proyecto que lleva a cabo el Indap, junto al Ejército de Chile y la U. Austral.

Al igual que La Shakira, La Sarita y La Ponderosa, sesenta hembras de la zona están siendo preñadas mediante inseminación.

Pero, para mala pata del solitario burro, las yeguas quedaron marcando ocupado con un macho rucio.

“A los campesinos también les llamó más la atención el bretón de montaña”, afirmó el biólogo de la U. Austral, Alfredo Ramírez.

Y es que el caballo Naffy también tiene lo suyo. La cabellera rubia del equino llevó a que en San Fabián lo apodaran “El Farkas”.

"Siempre he soñado con tener un bretón. Ojala que La Ponderosa me dé uno", suspira el "Tono Barba", campesino del El Principal, sector que conduce al límite con Argentina.

"Espero que La Sarita tenga un potrillo de buena calidá. El año pasado se me murieron dos mulitas", agrega don Octavio Fuentes, quien celebró hasta con un asado la inseminación de su yegua.

Ahora, habrá que esperar once meses para ver cómo nacen las crías. Lo importante es que crezcan en San Fabián. Sólo así se acostumbran a la hermosa, pero inclemente cordillera de la Octava Región de Chile.

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