Hace 20 años, el periodista André Jouffé estaba de agregado de prensa en París, Francia. El destino quiso que esa fatídica noche del 31 de agosto del 97 él estuviera cerca del puente del Alma, lugar donde falleció Diana de Gales.
El apóstol de la prensa, que hoy vive en Punta Arenas, jamás imaginó que aquella joven de 19 años a la que conoció en un partido de polo en 1981, en Londres, tendría ese triste final.
"Ella era una mujer que se ponía colorada, que hablaba bajito. Andaba preocupada, casi pisando huevos, porque una caída de Lady Di en ese partido (donde acompañó al príncipe Carlos) era portada seguro.
Había sido advertida de todos los detalles que tenía que hacer. En esa época, todavía se supone que era virgen. Ella cambio después la imagen, antes no era glamorosa", relató.
André sacó a relucir toda la picardía del chileno en ese encuentro con la "Reina de los Corazones" y, según nos contó, incluso logró que Diana "se pusiera colorada. Era bastante tímida".
El periodista recordó cómo fue el encuentro que vivió con Lady Di. "Fue días antes del matrimonio. Hice guardia a la espera de que fuera al baño y andaba con un micrófono, porque mi camarógrafo se fue con la cámara a filmar a Carlos".
Jouffé centró su mirada en ella. Vio que ella se paró y la siguió sin pensarla mucho, con la fe de lograr esa mirada, sólo para él.
Y el reportero lo recuerda como si fuera hoy: "Al darse cuenta ella que esto parecía chacota, porque me vio sin cámara ni nada, le dio risa y después siguió de largo". Fue "amor" a primera vista.
"La vi muchas veces, nos saludamos, conocía a su papá (John Spencer) muy bien. El viejo era suelto de lengua y era bueno para el whisky", confesó.
A lo Marilyn
No fue la única vez que estuvo cerca de Diana.
"A ella le gustaba ir a musicales, entonces siempre había una agenda de Lady Di y uno iba para verla. Por si pasaba algo. Me sentaba cerca de ella para mirarla. Le encantaba el espectáculo, si no hubiera sido princesa debió ser actriz, bailaba muy bien", afirmó.
Jouffé contó que su interés por Diana de Gales, incluso, lo llevó a ir al colegio donde ella estudió, en Suiza. "Por lo que pude averiguar, ella era una alumna del lote.
Nunca destacó mucho por los estudios. La simpatía que tenía y esa timidez que proyectaba la acercó a la gente".
Evolucionó en los 90
El periodista, que ahora integra el equipo de Film Commission Chile, no sólo siguió los pasos de la princesa en Inglaterra.
Por ejemplo, cuando Lady Di fue a una visita oficial en Japón, en los noventa, él la siguió. Ahí, André recordó que vio otra Diana, muy distinta a la jovencita que fue al partido de polo.
"Realmente era la estrella. Diana estaba en el jardín y nosotros estábamos alrededor de unas cuerdas que nos colocaron, donde podíamos sacar fotos.
Ella era el centro de atención, la adoraban. Era muy especial, cosa que antes del matrimonio no tenía. Me evoca un poco a la Marilyn Monroe", reveló.
Agregó que "los que estaban al lado de ella se volvía locos con ella. No era calentadora, era coqueta. Tenía la piel muy blanca, de pantorrilla delgada, no era gallina vasca.
Era bonita en el conjunto. Pero la cara y su encanto le daba eso que la hacia tan distinta del resto".