Después de proteger por siete años la Aduana, evitando el ingreso a Chile de sustancias ilícitas, las caninas fueron condecoradas con honores por el Subsecretario de Hacienda, Francisco Moreno.
Las perritas Princesa y Jade han sido parte por más de 8 años del trabajo de protección de las fronteras en el norte de Chile junto a fiscalizadores del Servicio Nacional de Aduanas.
Las canes detectoras de droga, han resguardado los pasos fronterizos de la región de Tarapacá como parte de los más de 30 binomios caninos que están desplegados en todo Chile y que son claves para el exitoso desarrollo de las fiscalizaciones.
Entre los distintos procedimientos exitosos que lideraron estos binomios caninos, destacan el hallazgo de un importante cargamento de cocaína y armamento en un bus en Colchane por parte de Princesa, mientras que Jade protagonizó un inédito hallazgo de heroína en cajas de cereales para niños en El Loa por nombrar solo una de sus detecciones.
Ambas canes nacieron en el centro de entrenamiento canino de Aduana en Arica y fueron asignadas a la Región de Tarapacá recorriendo los controles fronterizos de Quillagua, El Loa, Colchane, Puerto y aeropuerto de Iquique.
Princesa es de raza labrador, su guía cuenta que fue adiestrada en el Centro de Entrenamiento de Arica y que trabajan juntos desde el 2011, cuando ella tenía poco más de un año. Dice que en estos ocho años, Princesa ha detectado más de 1 tonelada de droga en los pasos fronterizos de Iquique y destacó por el hallazgo de un importante cargamento de cocaína y armamento en un bus en Colchane. Cada vez que tiene un logro, su instructor le da una pelota con la cual juega y salta.
"Ella es mi compañera de trabajo, viaja conmigo a todos lados, paso más con ella que en mi casa", confiesa el instructor de Princesa. Quien cuenta que cuando sólo tenían en un paso fronterizo una casa rodante, Princesa dormía con ellos adentro debido a las bajas temperaturas del altiplano. Dormían juntos para capear el frío.
Jade nació en Arica, al año dos meses de entrenamiento, el 2011, su instructor la fue a buscar al Centro de Adiestramiento de Arica y desde ahí no se separaron nunca más. Cuando realiza alguna detección, ella le indica a su guía rasguñando el lugar donde encuentra la droga. Es muy dócil, se relaciona afectuosamente con las personas en los pasos fronterizos, especialmente con los niños, con los que es muy cariñosa.
Una pelota de tenis los acompaña en las jornadas de trabajo, el juego es la recompensa cuando realiza detecciones, en las pausas y en sus tiempos de descanso durante los turnos en la frontera. Jade merece el respeto de toda la Adunas, pues protagonizó un inédito hallazgo de heroína en cajas de cereales para niños en El Loa.