Consumir alimentos calóricos para hacerle frente al crudo invierno, es una costumbre compartida tanto por humanos como perros. Esto porque, entre un 10 y 20 por ciento puede aumentar la ración de comida necesaria para un can en la época invernal, versus los meses de calor.
Esta mayor necesidad de aporte calórico, se debe a que las mascotas requieren mantener su temperatura corporal en ambientes exteriores fríos, y generan este calor desde la energía de los alimentos.
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"Esto ocurre en el caso de las razas de mayor tamaño, de más de 10 kilos de peso, y que habitualmente desarrollan su vida fuera del hogar y duermen en el patio, por lo que se exponen al frío", acalara Herly Studer, médico veterinario de Fit Fórmula.
En el caso de los perros que no entierran nunca el hueso, (los que viven en casas o departamentos), no se requiere aumentar la dosis de alimento en invierno porque no luchan por mantener su temperatura corporal.
Racionar
Un aspecto clave para la nutrición es parcelar la entrega del alimento, y no entregar todo en una sola dosis diaria. "Si se le pone todo el alimento del día en una porción, el perro la comerá completamente de manera voraz, y si come todo de una vez, su sistema digestivo no alcanzará a procesar todo el alimento, por lo que no generará la energía que necesita para mantener estable su temperatura corporal", explica el profesional perruno.
Para una correcta alimentación, el experto aconseja administrar la porción diaria dividida en tres a lo largo del día, o mínimo dos: en la mañana y al atardecer. Así el perro realizará una digestión completa de todo el alimento y absorberá los nutrientes que necesita en la época invernal para mantener su temperatura corporal, musculatura y energía.