Perros pitbull masacraron a pobre tatita de 88 años en Peñalolén

"No le quedó cara, estaba desfigurado" fueron algunos de los comentarios hechos por personas que vieron a Ruperto Navarrete Navarrete (88) después de ser atacado por dos perros pitbull en Peñalolén.

La noche del sábado la víctima, quien subarrendaba una pieza en el pasaje 154, N°6834, salió de su pieza para que María Teresa Valenzuela, dueña de los canes "Rocky" y "Muñeca", le ayudara con un remedio.

Marcos Henríquez, sobrino del fallecido, detalló que su tío se habría caído encima de unos de los animales. "Empezó a gritar para que pararan y en el manoteo el perro se asustó más, parece, y lo atacó. Eso me contaron".

El fiscal Félix Rojas detalló que la víctima resultó con múltiples heridas. "No existía la oreja (derecha), hay una fractura en la nariz, de la mandíbula y desprendimiento de la piel de la cara".

Aclaró que uno de los animales fue herido con un cuchillo por María Teresa Valenzuela y posteriormente murió, mientras que el otro fue sacrificado. Ayer la mujer fue formalizada por cuasidelito de homicidio. Quedó con arraigo y firma mensual.

PREOCUPACIÓN

Henríquez había hablado con Ivonne Carvajal, dueña de la propiedad, respecto de los dos pitbull. Le dijo que estaba "preocupado por mi tío, no sea cosa que lo vayan a agredir estos perros. Ella me dijo que también estaba preocupada y que iba a hablar con la arrendataria (dueña de los canes) para tratar de evitar el contacto entre mi tío y los perros", expresó.

Agregó que siempre le preguntaba a su tío si se había ganado a los cachupines y él le decía: "Sí, ya soy amigo de los perros, les tiro pan. Ya los aguaché".

El domingo antepasado Marcos le hizo una recomendación a su tío: "Le dije que evitara pasearse cuando el patio estuviera oscuro, no te vayan a desconocer los perros. Lo que es la vida".

Según el sobrino, el infortunado anciano "tenía una fortaleza impresionante. Andaba con su bastón, iba a nuestra casa. Yo le pasaba plata para el taxi y llegaba solo. Vivo en un segundo piso, él subía la escalera y bajaba".

Luis Vieyra

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