Pidió torta y jugar una pichanga: así fue el regreso de Ramiro

Detalles de la llegada de madrugada de Mauricio Hernández Norambuena desde Brasil, su primer día en la vuelta a la Cárcel de Alta Seguridad y su extremo traslado desde Pudahuel.

Tuvieron que pasar casi 23 años para que Mauricio Hernández Norambuena (61), el Comandante Ramiro, volviera a pisar suelo chileno. El exfrentista fue extraditado desde Brasil, país donde estaba en la cárcel por el secuestro del empresario Washington Olivetto, y puesto a disposición de la justicia chilena para que cumpla condenas por el asesinato de Jaime Guzmán y el secuestro de Cristián Edwards del Río.

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A pesar de que el arribo de Norambuena estaba programado para las 7.30 horas de ayer, una jugada de último minuto de Cancillería adelantó el viaje: a las 3:45 de la madrugada arribó al Grupo 10 de la Fach, desde donde fue trasladado por cinco camionetas de la PDI a la Cárcel de Máxima Seguridad (CAS). El mismo recinto desde donde se fugó en 1996 junto a Ricardo Palma Salamanca, Pablo Muñoz Hoffmann y Patricio Ortiz Montenegro, arriba de un helicóptero en la operación denominada "Fuga del siglo".

Primer día en cana

Una vez instalado en la cárcel, Hernández Norambuena fue trasladado al tercer piso, donde será vigilado las 24 horas del día con un gendarme fijo y cámaras de seguridad. Además, en ningún momento quedará a oscuras, ya que su celda es iluminada en todo momento, lo que generó el primer malestar de "Ramiro". Al mediodía, la familia directa de Hernández Norambuena pudo ingresar al recinto. Al verse con su parentela, el exfrentista les pidió que la próxima vez se dejaran caer con una torta de lúcuma y merengue, una de sus favoritas, y que no come desde que se fugó de la cana. También se quejó del frío de la cárcel y cómo podía afectar a su calvicie, por lo que Gendarmería autorizó el ingreso de un gorro para que se cubra su incipiente pelada.

"Mauricio nos pidió que transmitiéramos que él está entero. Feliz de estar en su país, de volver a la patria, además de reencontrarse con la familia", comentó Laura Hernández, hermana de "Ramiro" y vocera del clan. Otro de los anhelos que dejó de manifiesto Hernández Norambuena en su regreso a Chile fue su intención de jugar una pichanga para estirar las piernas, ojalá en un mediano plazo. El drama es que está completamente aislado de la población penal por un tiempo indefinido y mantiene una lesión en una de sus rodillas, lo que le impediría repartir gambetas.

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"Gendarmería ha tenido un trato excelente con respecto a nuestras visitas, estamos agradecidos; de hecho, el comandante que está encargado de la unidad se tomó la molestia de ir a saludarnos", sentenció Laura Hernández.

Acuerdo con Brasil limitó la condena a 27 años

A pesar del nerviosismo inicial de la defensa de Hernández Norambuena por la poca claridad de los años que pasará en cana "Ramiro", desde el gobierno aseguraron que cumplirán el compromiso de extradición acordado en Brasil: contempla la pena máxima de 30 años para el condenado por la muerte del exsenador de la UDI, Jaime Guzmán, lo que no tenía muy convencida a la administración Piñera.

"No ha sido una decisión del Gobierno de rebajar una pena, sino que ha sido el cumplimiento de una obligación", comentó el ministro de Justicia Hernán Larraín.

Antes de su fuga, Hernández ya había cumplido tres años, por lo que deberá cumplir el tiempo restante en Alta Seguridad.

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