Mauricio Macri y Sebastián Piñera tienen dos cosas en común: Ambos son políticos y están vinculados a los equipos más populares de Chile y Argentina: Colo Colo y Boca Juniors.
Pero también tienen diferencias: Macri es alcalde de Buenos Aires, crespito, usa bigote y tiene los ojos azules. Piñera es precandidato presidencial, de pelo cano, no tiene vellos en la cara y anda aún con los ojos rojos después de una operación.
Ambos llegaron hasta la muni de Vitacura para dar cátedra sobre política y municipios a los candidatos a concejales y alcaldes de Renovación Nacional.
Luego de una "tremenda" charla del che Macri, que sacó risas cuando contó anécdotas de su campaña para alcalde, el Seba se levantó de su asiento y le entregó una tricota del Colo con su nombre. El xeneize le devolvió el gesto con la "remera" de Boca Juniors. Más arreglado que un borgoña...
Justo en ese momento Andrés Allamand, apremiado por el tiempo, abandonó el salón y tiró todo a la talla: "Ésa es la foto que saldrá en los diarios". ¡Ni que fuera adivino!
Cuando fue el turno de hablar del "Tatán", le tiró las orejas a la Concertación y llamó a sus futuros alcaldes a armar una revolución en los municipios.
En un momento sacó a relucir otra vez las rencillas entre Colo Colo y Boca.
"Desafío a Mauricio a que ambos equipos se enfrenten en la cancha para saber cuál es el más grande", dijo Piñera. Macri esbozó una mueca que parecía sonrisa.
"Tatán" no se acordó que en abril pasado, Boca eliminó al Cacique de la Libertadores luego de dar vuelta el resultado en La Bombonera y ganar 4-2.
La Cuarta, la copuchenta, apenas terminó el coloquio salió en busca de Macri para ver si recogía el guante.
"Yo ya no tengo nada que ver con Boca", dijo con tono pedante, mientras se escabullía rapidito como si tuviera una colitis inaguantable.