El chileno Patricio Sanhueza (15) y la peruana Iara Vargas (14) son compañeros de octavo y además muy amigos. Ambos son parte de los 215 mil pingüinos que iniciaron ayer el año escolar en Santiago, pero la gracia de estos alumnos es que en la mañana, con mano en pecho y el cucharón lleno de orgullo, entonaron antes de empezar las clases ambos himnos nacionales ¡y a todo pulmón!
Resulta que ambos mateos forman parte de los 370 alumnos matriculados para el 2014 en la Escuela República de Alemania, establecimiento educacional ubicado en el sector del barrio Yungay, en el que tanto chilenos como peruanos comparten desde el almuerzo hasta las clases de historia. Y, obvio, los himnos nacionales.
"El colegio, al estar radicado en este sector de Santiago, debe tener mayor apertura. La educación es un derecho, por lo que recibimos a los niños independiente de cuál sea su nacionalidad", explicó Leopoldo Cerda, director de la escuela.
El caporal estudiantil reveló a La Cuarta que desde el 2007 el ingreso de niños extranjeros a la escuela ha ido en aumento, y que incluso este año el 50% de los matriculados son alumnos foráneos.
"No hemos tenido ningún problema con el tema de la nacionalidad. Ni entre los alumnos, ni entre los apoderados. Acá no hay diferencias. Los niños actúan igual en todas partes", aclaró Cerda.
TODOS CANTAN
A tal punto llega la integración y buena onda entre compañeros, profesores y apoderados, que cada lunes -luego de cantar el himno de Chilito- los miembros del cole, sin excepción, se suman con total respeto al “Somos libres, seámoslo siempre, seámoslo siempre”, con el que se inicia el cántico patrio de Perú.
"Y no sólo el lunes, también en las fechas significativas de ambos países. Lo hacemos a modo de responder a la realidad del colegio, con la idea de potenciar la fraternidad y acogida entre ambos pueblos", infló el pecho el dire.
APODERADO
Uno de los nuevos apoderados que se sumó al colegio este año, fue Rodolfo Noriega, presidente del Comité de Refugiados Peruanos en Chile y papi de Estrella (3), quien ayer ingresó a prekínder.
"La oportunidad de integración cultural es única. Es realmente positivo que exista este tipo de oportunidades para los extranjeros radicados en Chile, que nuestros niños puedan aprender, y que a la vez no pierdan sus raíces", dijo Noriega.