Acostumbrado a ser el líder de la Roja bajo los tres tubos colorados, ayer a Claudio Bravo le tocó sufrir como un hincha más sentando desde fuera de la cancha, cerrando así una semana negra en suelos europeos.
Ya instalado en Moscú luego de dramas de todo tipo, al atajapepas del Manchester City se le ha visto en otra y en más de una ocasión paseando solo por los pasillo del Hotel Crown Plaza y el World Street Center aledaño, todo en onda muy pensativa.
El caldo de cabeza le sobra, ya que si bien le pican las manos por atajar en la Roja, el cabro tiene miedo que por apurar su recuperación todo se pueda ir a las pailas.
City
El meta siente mucho dolor en la zona afectada, y el riesgo de resentirse pa' volver a Inglaterra lesionado lo tiene con los cachetes a dos manos.
Claro, los ciudadanos ya aseguraron el fichaje del meta Ederson, y la pelea por la titularidad se viene cuática.
En ese escenario, Bravo no puede dar ventajas y si el capi vuelve con la pierna en la mano a Manchester, primero se llevará el lumazo de sus jefazos quienes son los que le pagan el sueldo, y luego de Josep Guardiola quien de puro picota podría dejarlo banqueado.