“Podrían constituir crímenes de Guerra”: Michelle Bachelet se pronunció respecto a la guerra en Ucrania
El 24 de febrero Rusia decidió invadir al país europeo y desde ese momento han fallecido miles de civiles y soldados.
La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, se refirió al ataque constante que ha realizado Rusia sobre Ucrania desde que decidió invadir el terreno que antes pertenecía a la Unión Soviética.
Al respecto, la exPresidenta de Chile mencionó que genera “una inmensa preocupación” y que los ataques cometidos por el Kremlin podrían ser considerados como crímenes de guerra.
“Los ataques indiscriminados están prohibidos por la ley humanitaria internacional y podrían constituir crímenes de guerra”, precisó Bachelet ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
“Las vidas de millones de personas se han visto trastornadas al verse forzadas a huir de sus hogares o a vivir en sótanos y en refugios antiaéreos mientras sus ciudades son hostigadas y destruidas”, agregó.
Michelle Bachelet fue contundente y le sugirió a Rusia prestar atención a los llamados internacionales y a “actuar de inmediato para retirar sus tropas del territorio ucraniano”.
Por último, la Alta Comisionada de la ONU mostró una gran preocupación porque “testimonios creíbles” demostraron que se han utilizado armas de racimo, las cuales son sumamente potentes y tienen un gran radio de acción.
“Usaron bombas de racimo en zonas pobladas al menos 24 veces”, dijo la expresidenta de Chile durante su participación en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Lo último
hace 11 min
hace 25 min
13:00
El nuevo Metroid Prime 4: Beyond no está exento de irregularidades, pero cuando se apoya en la exploración solitaria, el diseño de niveles y la atmósfera, demuestra por qué la saga sigue siendo una de las mejores de Nintendo.
Review | Metroid Prime 4: Beyond, un regreso ambicioso que alcanza sus mejores momentos en la exploración
12:54
12:37
11:10
La adaptación de la novela de Freida McFadden no reinventa el género, pero abraza sin pudor su ADN de cine clase B, recicla viejos tropos noventeros y se apoya en Amanda Seyfried para convertir su precariedad en un placer culpable que funciona mientras dura.