Para los que no tienen las cachañas de Alexis Sánchez a la hora de conquistar en vivo y en directo (ni la billetera ni menos las calugas), Tinder se ha convertido en un gran aliado: dentro de todo, es piola, permite buscar mujeres (u hombres, según sea el caso) con las que se tengan cosas en común y, lo mejor de todo, es totalmente gratuita.
Eso al menos hasta ahora, que apareció una actualización de la "app" que incluye una opción de pago denominada "Tinder Plus", que maximiza las posibilidades de éxito de un usuario.
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Entre sus ventajas, multiplica por tres las opciones de sumar "Me Gusta", lograr "match" (emparejamiento) de manera mucho más veloz y, tal vez la perla de este "F5", revisar el "menú" de posibles parejas al revés y al derecho cuantas veces se desee, ya que en la aplicación común cuando alguien rechaza a un posible pretendiente, no hay chance de arrepentirse y echar pie atrás en la decisión. Con esta alternativa, eso se puede modificar.
La polémica
Mientras algunos ya le sacan punta a los nuevos beneficios de la "app", otros se dieron cuenta de una extraña discriminación hacia un grupo no menor de usuarios de Tinder. Resulta que para gozar de los privilegios de la versión "Plus" de la aplicación, las tarifas no son iguales para todos los que conviven en esta comunidad ávida de amor.
De hecho, existen dos tramos de precios: uno para los menores de 30, y otro para los que ya son treinteañeros o mayores. Estos últimos, deben pagar el doble de lo que cancela un usuario de hasta 29 años por el Tinder Plus.
Esta rayada de cancha es planetaria, no sólo vigente en Chile, sino que en todos los países donde la "app" está presente. ¿Cuáles son los valores? Mientras los veinteañeros o menores pagan 6.500 pesos mensuales por el uso del reforzamiento de la aplicación, a los que ya dejaron atrás las tres décadas, el palo les cuesta $13.500.
¿Discriminación?
"Más que rabia, me da risa. Yo estoy en Tinder, pero jamás lo he tomado como la opción número uno a la hora de conseguir una pareja, una amistad 'con raspe' o una aventura entretenida. Es una buena segunda alternativa, una forma de ampliar el abanico, pero no gasto todas mis fichas en Tinder, menos lo haré con todo mi dinero". La reflexión es de Guillermo Reyes (32), empresario gastronómico que ha usufructuado de la "app" durante unos buenos años.
Ante la posibilidad de convertirse en un usuario "plus", Reyes cree que "es válido para cualquier persona que sienta que así le irá mucho mejor en la aplicación, pero lo peligroso es creer que allí está la vida real. En todo caso, al que ya le va mal en Tinder, no sé qué tanto mejor le puede ir, quizá sólo sea una ilusión que, para peor, terminará costándole plata".
Sobre la supuesta discriminación, el rey del Tinder magallánico expresó que "tal vez sea porque los menores de 30, en el papel, tienen mayor poder adquisitivo que los menores de esa edad. Más que discriminación, hasta parece una buena forma de emparejar la cancha y, lógicamente, una inteligente estrategia 'marketera'", cerró.
Tinder ganó en tribunales
Aunque en Chile el Tinder Plus recién está agarrando fuerza, en el mundo ya lleva un rato más en la palestra, algo así como una semana, pero pese a su corta data, ya obligó a la empresa a pasar por tribunales en California, donde el usuario Allan Candelore los demandó por discriminación.
Claro que la justicia falló a favor de Tinder, que se defendió argumentando que tal discriminación no existía, ya que para definir los cobros se habían basado en estudios (los que adjuntaron en su defensa) que demostraban que los jóvenes menores de 30 tenían menos recursos económicos.