Polola del Nico Maturana: "Que se acerque a la cámara sólo para decir que me ama"

A Nicolás Maturana algo le pasó. Le cambiaron el chip, lo exorcizaron o quizás le advirtieron que dormiría en el living, pero lo cierto es que "evolucionó", como si tuviera "pokebolas" del tamaño de un gorila, según el discurso del Chino Ríos. "Me faltaba madurez para ser mejor jugador, y eso es lo que siento ahora. Estar bien personalmente me permite rendir en lo futbolístico", explicó.

Pero claro, si la idea es autosobarse el lomo, Beausejour diría que calza 47 y el Benja Vicuña juraría que es fiel, pero una acción vale más que mil palabras, y ahí la indicada para reafirmar los dichos del Nico es Melisa Espinoza, la guapa polola del ex Tino. Sí, ella se hizo conocida por los ruegos constantes de "perdón" de Maturana frente a las cámaras de tevé. ¿Recuerda?

El "sorry" público fue en el 2014 en Barnechea y en febrero de este año, en Palestino. "Me he mandado muchas embarradas", dijo el Nico, pero ya es "pretérito imperfceto", como diría su "amorsh", que es profe de lenguaje. "En el fondo era por un tema de inmadurez. Vivimos en mundos distintos, él está en otro círculo y me tuve que adaptar.  Ojalá no haya otro acercamiento por ese tema, sino para decir cuánto me ama", señaló Melisa al Pop.

-¿Qué cambios ves en el Nico?

-Tolera más la frustración, le pone empeño y quiere cuidar el puesto. Antes le decían que no iba a jugar y se volvía, no lo soportaba. Pasar por varios clubes le sirvió, espero que lo sigan considerando.

-¿Cómo se porta contigo, Meli?

-Después de cuatro años estamos más consolidados. Es cariñoso, atento, caminamos juntos para tener un futuro, proyectarnos. Veo su esfuerzo y él ve el mío. De hecho, me ayuda a realizar pruebas, aporta ideas. También adora a mis sobrinos, a mis papás.

-Bien ahí...

-Diría que él retribuye el cariño a las personas que han sido buenas. Eso influye más en él, porque todos saben que viene de un hogar de menores. Incluso, hace poco se fue dos semanas a Vallenar para estar con mis papás y yo me quedé en Santiago trabajando. Se llenó de amor y preocupación. Como ha estado alejado de eso, creo que lo encontró con nosotros.

-Nicolás aprovechó la oportunidad tras salir del hogar de Peñaflor...

-Me enorgullece, está siendo resiliente. Yo trabajo en un colegio vulnareble de Recoleta y a mis alumnos les doy su ejemplo. Les sirve para salir adelante. Todos los años vamos a las olimpiadas del hogar y hace poco llevó a mi papá y a Luis Bonini.

-¿Los sobrinos ahora son chunchitos?

-Antes eran de "Paralestino", jajaja. Ahora dicen que les gusta la "U". Son chiquitos, Moisés de 3 y Anael de 4 años. El Nico les compra las camisetas siempre.

-La última, pa' que la lea el Nico... ¿Menos palabras y más acción?

-¡Claro! Le dije que no bastaba con pedir perdón y que un millón de personas lo viera, pero ahora sí, está actuando bien, cumple. Se le nota que está bien.

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