Nuevo tratamiento de administración intravenosa de hierro es la luz de esperanza para las personas que padecen este síndrome. Según experto, se pueden eliminar los síntomas de esta peligrosa enfermedad en un 30% de los pacientes.
Mover la pierna al ritmo de la música es algo súper normal e incluso relajante. Pero cuando este ajetreo de las extremidades se vuelve algo constante e incontrolable, el tema puede convertirse en una verdadera pesadilla.
Esto último justamente es lo que ha vivido desde su juventud Berta, por culpa del Síndrome de Piernas Inquietas (o enfermedad de Willis-Ekbom), trastorno neurológico por el déficit de hierro en el cerebro, de transmisión hereditaria, la que se manifiesta por la necesidad irresistible de mover las piernas durante el reposo, lo que provoca que el paciente se levante, camine o se mueva para aliviar los malestares.
La señora Berta ha visto perjudicada su calidad de vida, al punto de no poder dormir nada por las noches debido al dolor y los imparables movimientos de sus extremidades.
"Sentía que me quemaba el hueso y todas las noches tenía el mismo problema. Incluso, he llegado al extremo de tener que vaciar hielo en la tina y meterme ahí para aliviar el dolor", cuenta angustiada la oriunda de Temuco.
Nuevo tratamiento
Para ir en ayuda de la señora Berta y cerca del 3% de chilenos que padecen el Síndrome de Piernas Inquietas, el doctor Diego García-Borreguero, director médico del Instituto Europeo del Sueño, llegó a Chile con un revolucionario tratamiento que podría poner fin a las molestias provocadas por este mal.
Se trata de la administración intravenosa de dos dosis de hierro, lo que reemplaza a los actuales tratamientos con medicamentos vía oral que, a juicio del experto, no tienen el éxito esperado, por la escasa absorción del mineral por parte del intestino, y con las consecuencias gastrointestinales que esto provoca.
La buena noticia es que diversos estudios han mostrado que el tratamiento con hierro intravenoso puede eliminar completamente los síntomas casi en el 30% de los pacientes. Además, otro 30% mejora parcialmente. Por último, un 40% permanece igual.
"Esto significa que podemos eliminar completamente, o al menos reducir sustancialmente, la medicación en el 60% de los pacientes", aclara García-Borreguero.
"Es importante que las personas que padecen este trastorno se hagan ver, por la alta probabilidad que existe de desarrollar enfermedades cardiovasculares al tenerlo, como hipertensión arterial, problemas al corazón y enfermedades cerebrovasculares, que pueden terminar en la muerte del paciente", finaliza el médico español, y uno de los principales referentes de la neurología del sueño a nivel mundial.