El pelacables fashionista Di Mondo se robó la película durante la gala del Festival de Viña del Mar con una máscara de varias caras, que le mandó a hacer a una artista coreana y que tenía pegados más de ocho mil cristales Swaroski a un costo de varios millones de pesos.
Juana Villa vio el evento por la tele y la imagen del joven socialité radicado en Nueva York le recordó cuando hace 25 años dejó su trabajo en un bazar para instalarse a los pies del Zoológico Nacional del cerro San Cristóbal a vender las clásicas máscaras plásticas de niños, que en nada han cambiado con el paso del tiempo.
Para ver si las creaciones de motivos infantiles que vende a $1.500 podían ayudarla a formar un disfraz parecido al de Di Mondo, unimos tres de Gokú (de Dragón Ball Z) y comprobamos que por sólo $4.500 la barra pop puede pintar el mono en cualquier alfombra roja del mundo.
También descubrimos, de acuerdo a la información que proporcionó Juana, que las máscaras de plástico no provienen de China, como casi todo lo que usamos, sino que las fabrica la empresa Janzen de Recoleta, y tras décadas de elaborarlas sólo han variado los personajes.
“Las partí vendiendo a unos $300 y antes los motivos favoritos de los niños eran del Hombre Araña, Batman y Piolín, ahora les gustan los Power Rangers, los Dragón Ball Z y el Hombre Araña no ha pasado de moda. A las niñas les gusta Stephanie, de Lazy Town, y la chancha Peppa que ya se me agotó; antes les gustaba más la ratona Minnie y la Mujer Maravilla”, explicó.
Según a la comerciante no sólo han cambiado los personajes solicitados por los niños, sino que también la personalidad de sus clientes.
“Ahora tienen mucho más carácter; llegan y ven los productos, exigen lo que desean, son hiperactivos, antes eran más tímidos y vergonzosos”, contó.
Y de vuelta a la alfombra roja del festival en que Di Mondo se robó las miradas, Juana dijo que se deslumbró con la pinta de Carola de Moras, Marcela Vacarezza y Luly, su favorita para convertirse en reina de la fiesta del verano que parte mañana.