Un auto hecho pebre, dos árboles sacados de raíz y toda la fachada destruida dejó una micro que arrasó con la botillería "El Carmen", de José Arrieta con Las Perdices, en Peñalolén.

El topón ocurrió producto del descuido del conductor de la oruga 403, René Orozco (58), quien, llevado por el vicio del tabaco se bajó a comprar cigarros, pero tuvo la mala idea de  dejar la máquina con el motor encendido al creer que no se demoraría nada en volver.

FRENO

Cerca de la medianoche del domingo Olegario Martínez (47) estaba listo para cerrar, cuando una micro se estacionó en la esquina, justo al frente de su negocio.

Orozco dejó las puertas abiertas, apretó el botón de freno y partió confiado, sin notar que había estacionado justo en la bajadita de una pendiente.

Cuando iba en la mitad de la calle, un chofer identificado como Cristián Velasco, que estaba estacionado a la salida del boliche, le gritó a Orozco: "¡Caballero, se le está moviendo el bus!". El operador miró p'atrás y casi se desmayó cuando vio venir a la oruga casi en cuarta.

Como pudo se subió a la microlia y trató de maniobrar, pero ya era tarde: El pencazo impactó el Peugeot de Velasco, que estaba listo para venderse dentro de tres días.

Para peor, la micro siguió su trayectoria, y quebró la techumbre y el cielo de la botillería, botó dos árboles de cuatro metros, dobló la reja y le dejó la máquina registradora pa' la historia.

"Cuando vi la micro me tuve que tirar hacia atrás. Menos mal que los árboles amortiguaron el choque porque, si no, capaz que me hubiera roto las botellas", asegura don Olegario.

- ¿Quedó muy maltrecho?

- No tanto, pero me trizó la muralla. Con un puro empujón se viene abajo. Espero que el seguro de la micro se aparezca pronto para no seguir con la angustia.

Del hecho tomaron constancia policías de la 43 Comisaría.

Claudio Sanz S.