El sumo pontífice está replanteando temas que hasta el momento parecían imposibles dentro de la iglesia católica.
Hace unos meses, el papa Francisco dijo en una entrevista a Associated Press que la homosexualidad “no era un delito” y llamó a abrazar la diversidad, ahora lo ha vuelto a hacer.
A horas del inicio del Sínodo de obispos, el proceso de debate de la Iglesia católica que empieza este miércoles y termina a fin de mes, el pontífice respondió en un documento difundido por la Santa Sede, a las críticas de cinco cardenales que catalogaron sus dogmas de demasiados modernos.
Sobre la homosexualidad, Francisco afirmó que no se debe juzgar y está abierto a un debate interno para “discernir sobre formas de bendición” para las parejas del mismo sexo.
“No podemos ser jueces que sólo niegan, rechazan y excluyen. La prudencia pastoral debe discernir adecuadamente si existen formas de bendición que no transmitan un concepto erróneo de matrimonio. Porque cuando se pide una bendición, se está exprimiendo una solicitud de ayuda a Dios”, agregó.
El papa escribió en el documento además la importancia de las mujeres dentro de la Iglesia, señalando que el no abrirles el sacerdocio “no es una definición dogmática”, dejándolo como objeto de estudio, según afirmó el medio niusdiario.es
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