Las últimas horas, de lado y lado, se ha opinado sobre el veredicto —ahora, ¿en duda?— de no asistir a la prestigiosa feria alemana. Hay quienes lo consideran “una vergüenza”, pero otros ponen la pelota contra el piso.
Fundada en 1949, la Feria del Libro de Frankfurt se puede definir de una sola forma: es el evento editorial más importante del mundo. Así se le percibe prácticamente sin discusión de por medio. De ahí que en las últimas horas la polémica haya escalado a tales niveles, en redes sociales y, mucho más importante, desde el mundo de las letras y la cultura. Distintas voces se han pronunciado, una detrás de otra, para manifestar su descontento con una decisión que muchos aún no llegan a comprender: por qué Chile, un país que se había propuesto fortalecer las participaciones en ferias de libros internacionales, y que era el invitado de honor para la edición de 2025, declinó la oferta.
De acuerdo a Ex-Ante, el motivo es sencillo: un evento de ese calibre no entra en el presupuesto. Según recoge el medio digital, desde el ministerio de las Culturas se detalló que “ser invitado de honor en esa feria significa una gran inversión, que acorde al lineamiento de austeridad, enfocaremos en gasto público para una iniciativa de alcance internacional en Chile que permita volver a posicionar a nuestro país como espacio de reconocimiento mundial en esta área”.
En el artículo que adelantó la decisión de la cartera, Ex-Ante también aclaró que la respuesta “cayó como un balde de agua fría en los organizadores de la Feria”. Uno de los motivos, tal vez el más importante, citaron, es que “nunca un país había retirado su postulación a ser el país invitado especial a la feria”.
Del mismo modo, explicaron que no es “tan costoso ser protagonista en Alemania”. Y ofrecieron como ejemplo lo que sucedió hace unos años con Islandia, nación que organizó la sala con productos reciclados y que no invirtió más allá de los 250 mil euros. “Todo está en la inventiva”, dicen que les dijo alguien que conoce la organización germana. Pero esos pequeños incisos encontraron respuesta y dieron lugar a un amplio debate en redes sociales.
Al respecto, el Presidente Gabriel Boric sostuvo que “esta decisión no pasó por mí, ni me fue comunicada oportunamente”, de modo que “le manifesté al ministro (Jaime) de Aguirre mi discrepancia porque considero que gastar en cultura es una tremenda inversión, no es un gasto, esta no es una plata que se tire a la basura”.
¿Por qué Chile declinó la oferta?
Gonzalo Maza, crítico de cine, guionista y director de cine chileno, se sumó a la discusión a través de sus redes sociales.
En concreto, utilizó su cuenta de Twitter para enhebrar un hilo, con algunos errores que divisó en el artículo de Ex-Ante, y explicando de paso, a su juicio, por qué nuestro país se restó de la convocatoria —aun cuando aparentemente esa decisión podría reevaluarse—:
El también periodista empezó con todo: “El artículo tiene varios errores. El más burdo es decir que nunca un país antes había rechazado ser ‘invitado de honor’ a la feria del libro de Frankfurt. Canadá la rechazó una vez, y Francia la postergó, ambos por $$$. Aceptar es caro incluso para un país desarrollado”.
Más tarde, de hecho, agregó cifras: “Los costos documentados van de 5 a 10 millones de dólares. Eso es mucha plata para cualquier ministerio de cultura del mundo. 10 millones de euros es lo que aporta el estado francés para hacer el festival de Cannes, un evento planetario y de alto impacto. Pero hay otros factores”.
Entre esos factores, Maza destacó el tiempo. Mencionó que “Frankfurt habría invitado a Chile apenas dos años antes de la feria” cuando habitualmente el contacto se realiza con un lustro de antelación. Y para ejemplificar, ofreció el caso de Italia, que será el invitado de honor en 2024: el anuncio se realizó en febrero de 2018.
Incluso, el director arriesgó con una hipótesis: “Lo más probable es que en estos años otros países hayan declinado la invitación de Frankfurt, lo que hace más ridícula la frase ‘nunca un país había retirado su postulación a ser país invitado’”.
Finalmente, Maza aclaró que el hilo lo construyó “no para defender el gobierno o su decisión, sino que para agregar otra perspectiva a una discusión que está ocurriendo en este minuto”. En su opinión, “lo sensato es que si Chile quiere participar en Frankfurt pueda tener más tiempo y recursos para hacerlo”.
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