Postino de La Florida acusa que destinatario lo dejó como estampilla

Chato de que su clientela se hiciera la de las chacras con el pago de la correspondencia, el cartero Juan Araneda (46) tomó la decisión de dejar todas las cartas del deudor Carlos Sepúlveda en la casilla central.

Pero su actuar, avalado por la ley y el sindicato de repartidores a domicilio, habría sido violentamente repudiado por el destinatario.

Araneda dice haber recibido, sin mediar provocación, una pateadura directo al remitente que casi le descifra el código postal.

Según el cartero, todo comenzó hace cinco años cuando una familia de la calle Manutara, en La Florida, optó por no darle un peso por las cartas dirigidas a esa dirección.

"Estamos facultados para entregar el correo en la casa matriz si no pagan. La deuda no superaba los 5 mil pesos", recuerda il postino.

Asegura haber advertido al dueño de casa que si no recibía  los pesitos, entonces no llegarían cuentas o encomiendas.

"Cada vez que le llegaba carta ponía un papelito bajo su puerta diciéndole que la retirara en Correos", explica.

Asegura que el sábado 6 de junio quedó la crema.

"Así que voh soy el que me manda papelitos, c...", dice que le recriminó Sepúlveda.

"Si tiene problemas, reclame en Correos", habría sido su formal respuesta.

Según el primo de Don Carter, la recomendación no le hizo gracia a su cliente, quien habría salido en su búsqueda. Afirma que cuando lo encontró, un hijo del hombre le dio de patadas en la espalda y el tórax.

El cartero, con la bici pa'l gato, el orgullo herido y las cartas de la pobla tiradas 10 metros a la redonda, puso una denuncia en la 36a Comisaría por el delito de lesiones.

"FARSO"

Carolina Bravo, esposa del supuesto agresor, aseguró que la pelea sólo ocurrió en la cabeza del cartero, pues su esposo nunca está en la casa y trabaja de sol a sombra.

"A lo mejor lo hizo por despecho, porque nosotros pusimos una queja en su contra por una encomienda que no entregó. Niego rotundamente lo que dice el cartero", aseveró la esposa del aludido.

Claudio Sanz S.

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