El potente mensaje anti-violencia del Papa

"Mari, mari" (Buenos días), "Küme tünngün ta niemün" (La paz esté con ustedes). Así comenzó la eucaristía que el Papa Francisco celebró en la Región de la Araucanía. De inmediato hubo reacción de parte de los 200 mil asistentes a la ceremonia que aplaudieron el saludo.

Tras una larga espera que tuvo como escenario una fría noche, los fieles recibieron también con respeto y emoción la rogativa que hizo un grupo de mapuches de la zona antes que el Santo Padre continuara con la misa.

En su predica alabó la belleza y riqueza de La Araucanía y citó a la poetisa Gabriela Mistral. Y también sacó ovación por estas palabras: "Quiero detenerme y saludar de manera especial a los miembros del pueblo Mapuche, así como también a los demás pueblos originarios que viven en estas tierras australes: rapanui (Isla de Pascua), aymara, quechua, atacameños y tantos otros", continuó.

Llamando a la unidad

Francisco señaló que, a pesar de toda la belleza de esta zona, "si nos acercamos a su suelo, lo escucharemos cantar y cantar con tristeza: «Arauco tiene una pena que no la puedo callar, son injusticias de siglos que todos ven aplicar»", como cantaba Violeta Parra.

Siguió con un llamado a la unidad, a que seamos artesanos de ella, pero no en uniformidad. Destacó que la unidad no se puede construir a cualquier costa y que las bellas promesas que se escriben con la mano y se borran con el codo generan un tipo de violencia.

Finalmente, manifestó que la violencia genera más violencia. "No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, porque esto lo único que despierta es mayor violencia y división".

Frases destacadas

"Quiero detenerme y saludar de manera especial a los miembros del pueblo Mapuche, así como también a los demás pueblos originarios que viven en estas tierras australes: rapanui (Isla de Pascua), aymara, quechua, atacameños y tantos otros".

"Celebramos la eucaristía y lo hacemos en este aeródromo de Maquehue, en el cual tuvieron lugar graves violaciones de derechos humanos".

"No es ni será una uniformidad asfixiante que nace normalmente del predominio y la fuerza del más fuerte, ni tampoco una separación que no reconozca la bondad de los demás"

"La riqueza de una tierra nace precisamente de que cada parte se anime a compartir su sabiduría con los demás".

"Esta tierra, si la miramos con ojos de turistas, nos dejará extasiados, pero luego seguiremos nuestro rumbo sin más; pero si nos acercamos a su suelo, lo escucharemos cantar: 'Arauco tiene una pena que no la puedo callar'"

"Debemos estar atentos a la elaboración de «bellos» acuerdos que nunca llegan a concretarse (...) Esto también es violencia, y ¿por qué?, porque frustra la esperanza".

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