Pregúntale a la Caro: Lo mal que lo puedes pasar si grabas una relación

Si me pasara lo del Pato Laguna, ¡muero! y eso que soy una ciudadana de a pie. Lo primero es que, como me dijo la Paulita, una sobrina de 19 años, en el video él parece un "michelín", mientras que ella tiene un trasero envidiable. Lo segundo, según la Pauli, es que si grabas una relación sexual, no puedes mirar a la cámara, esa actitud pinta para película porno.

Digamos que ella algo sabe, a diferencia de mí que no se me ocurriría grabar cuando me acuesto con alguien, ahora la lleva dejar un registro de lo que haces en la cama para después mirarlo y mostrárselo a tus amigas. ¿El fin? Sacar "pica". Para ella, la estrategia es que el prospecto no se entere de que lo estás grabando (hay muchas formas de esconder una cámara, es cosa de preguntarle a las esposas celosas).

Pero, qué pasa cuando decides con tu pareja hacer un vídeo íntimo. Preguntando entre mis amigos, para mi sorpresa, es más frecuente de lo que se piensa. No entiendo esa obsesión que tiene la gente de dar testimonio en las redes sociales de todo lo que hace y todo lo que siente. A estas alturas, no queda nada más que aceptar.

Lo del Pato Laguna nos recordó a todos el "wena, Naty", con la diferencia de que ella era una escolar que la grabaron sin autorización, mientras que Laguna y cía. se grabaron voluntariamente; no viene al caso saber quien lo filtró, porque a parte de la "venganza" y están los 10 minutos de fama (cuando eres un ser público, todo vale), el resto lo verán los tribunales.

Pero a los videos hechos en pareja, se suman el intercambio de fotos y audios subidos de tono. Algo que no es nuevo, antes, para los que sobrepasamos los 40 años, el teléfono, ese que era fijo, servía; lo bueno es que no quedaba registro, sólo se vivía en el minuto. Ahora, uno se tienta, porque puedes intercambiar fotos y audios en los que los suspiros son el desde y conversaciones en que Carlos, el príncipe de Inglaterra que por los 80 todos supimos que quería ser un tampón, sería un crío en pañales.

Pero lo peor que puede pasar es que lo envíes a otra persona. A una amiga le pasó, también con un video con su pareja, el detalle es que era el amante y un día se lo envío, pero se equivocó de WhatsApp y le llegó al marido. Ni cuento la que se armó, pero la perdonaron.

Así que ya sabes, lo mejor en no grabar ni intercambiar nada, pero si te gusta hacerlo tienes que asegurarte que el ser al que se lo envíes lo borre o que sea de tu plena confianza. Nunca se sabe, el amor viene y va, y de la pasión al odio hay un paso, mejor no cruzarlo.

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