Los vecinos de Quintero y Puchuncaví están cansados. Durante siete años, desde que cientos de niños de la Escuela La Greda se intoxicaran, los episodios de contaminación han marcado el día a día. Hoy, sus protestas golpean a La Moneda.
El escenario del miércoles 22 de agosto fue dramático. La alerta la dio la profesora de ciencias del Liceo Politécnico de Quintero, quien pidió suspender el recreo porque el ambiente estaba denso. Una hora después, los tubos de oxígeno del Hospital de Quintero resultaron insuficientes.
Los episodios de contaminación en la Bahía de Quintero dejaron hace tiempo de ser casos aislados. Desde hace siete años que la seguidilla de hechos -posteriores a la masiva intoxicación de niños en la Escuela La Greda- ya tenían en alerta a la población y con la paciencia agotada.
Lo ocurrido hace dos semanas en la llamada "Zona de Sacrificio", fue el punto de inflexión hacia la revolución ciudadana. Más de 350 intoxicados tuvo que significar un primer quiebre hacia la regulación medio ambiental.
Una inédita alerta amarilla paralizó la vida en la costa norte de la Región de Valparaíso.
En la semana de suspensión de clases no se ven niños en la calle. Aunque el encierro no conduce a nada, los profesores están preocupados.
Claudia Tapia, de la Escuela La Greda, de Puchuncavi, cuenta que si bien sus niños no resultaron intoxicados, muchos revivieron la pesadilla de hace siete años. "Algunos ya tienen 16 años, están en otras escuelas y les pasó lo mismo, lo que demuestra que no sirve con invertir en escuelas con mejor infraestructura porque la vida cotidiana está llena de contaminación".
"Nos están matando de a poco". "¡Quintero despertó! ya estamos en un momento donde las redes sociales están mostrándose más escépticas hacia los anuncios oficiales. Nos están matando de a poco y hoy ya no vamos a permitir que nos pasen a llevar con un derecho que es básico: vivir libre de contaminación", manifiesta Christian Toledo, quien se transformó en el líder de convocatorias para movilizarse.
Más de mil personas a diario se han tomado la carretera, intentaron funar la visita del Presidente Piñera y realizan cabildos abiertos para la comunidad. Hoy ya no participa quien tiene voluntad. Se actúa bajo organización.
Katta Alonso es una de las mujeres de la agrupación Mujeres en Zona de Sacrificio en Resistencia de Quintero y Puchuncaví y acusa que las medidas adoptadas por el Ejecutivo "son los mismos anuncios que escuchamos hace siete años. Hoy día fueron gases los que intoxicaron a nuestros niños, pero tenemos material particulado en el suelo, en el agua, y lo más fácil es culpar a una empresa del Estado".
El olfatómetro
La dirigenta alude la investigación que supuestamente culpa a la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP), planta Ventanas, como responsable de la emanación tóxica, según un monitor que por primera vez reconoció elementos nocivos en el aire. El olfatómetro de la población refuta la indagación.
Carmen Godoy, vecina de Puchuncaví, sufrió los síntomas de intoxicación junto a dos de sus hijas. Ella señala que reconoce lo que pasa en el polo industrial. "Vivimos desde siempre aquí y uno sabe. Lo que yo sentí no viene de Enap , aquí son las termoeléctricas y que están pasando coladas, Codelco también genera nubes tóxicas en la noche. Sentimos que se está desviando la atención queriendo levantar una emergencia que ya ocurrió".
En la misma línea opina Sebastián Santos, quien afirma que "están estudiando de manera independiente a las empresas y debiese ser a todas por igual. Es muy evidente cómo se tiran la pelota y toman en cuenta los estudios de las propias empresas, cuando ellos lo único que hacen es desestimar a las universidades y mediciones independientes. Si la gente se moviliza hacia tres empresas es por algo, nuestro olfato no falla".
Recién el lunes un hospital de campaña comenzará a atender derivaciones del Hospital de Quintero, que cada día recibe menos personas con síntomas. Los especialistas revisarán a los niños, pero no se ha asegurado exámenes ni estudios al respecto.
El catastro
Es por eso que la comunidad organizada ya concluye un catastro con el patrocinio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso (UV), donde se buscarán cifras sobre el número real de afectados y zonas más perjudicadas, entre otros.
El doctor de la UV, Aníbal Vivaceta, sostuvo que "cuando los tribunales ambientales nos piden cifras de muertos para asegurar querellas, estamos haciendo todo mal. Aquí hay episodios agudos, como los que vimos, pero también están los crónicos, gente enferma desde hace 50 años. No podemos esperar que se mueran todos de cánceres producidos por estos contaminantes para demostrarle a un tribunal que tenemos razón".
En tanto, el Ministerio de Medio Ambiente comunicó la instalación de los primeros medidores de gases en Quintero, Puchuncaví y Concón.
La alerta amarilla que ha llevado autoridades, fuerzas especiales y prensa, hasta ahora ha servido, según los vecinos, para respirar más limpio. "No es casualidad que no veamos hoy chimeneas paralizadas, no hay que dejar de controlar a los vecinos que provocan desmanes en la población. No son encapuchados, son las empresas", marcó el vocero Toledo.