Carlos Albornoz lanzó una respuesta en que asegura que no ha sido notificado de las acciones legales del futbolista, respecto a presuntos delitos de administración desleal y celebración de contrato simulado.
El pasado 21 de abril, el futbolista Arturo Vidal presentó una querella contra uno de sus primos, Carlos Albornoz Pardo, y quienes resulten responsables por los delitos de administración desleal y celebración de contrato simulado.
La querella en contra del hombre en cuestión —a quien el “King” siempre se ha referido como “tío”— da cuenta de traspasos de propiedades, solicitudes de préstamos, deudas millonarias y múltiples demandas civiles a los negocios en el país, según consignó La Tercera.
Ahora, frente a estas acusaciones, en declaraciones al citado medio, Carlos Albornoz respondió: “Tengo una pena inmensa por la situación que ha quedado expuesta”.
Luego, planteó: “Sé que Arturo, por sí mismo, no es capaz de hacer este daño a nuestra familia”, por lo tanto, “estoy convencido que esta maniobra responde al entorno de él, que desgraciadamente está velando por sus intereses sin pensar en el bienestar de Arturo”.
Además, aseguró que no ha sido notificado de ninguna acción legal, por lo que “el medio de comunicación que publicó la nota recibió la querella antes que todos nosotros”. En cualquier caso, “estoy tranquilo con la investigación y lo que determinen los tribunales”.
¿El factor de la pandemia?
Así que el primo del futbolista se pondrá a “disposición de la justicia” y colaborara “en lo que se requiera”, porque “voy a demostrar mi absoluta inocencia, la que refrendará mi irrestricta lealtad a Arturo, a quien junto con un equipo de profesionales, hemos asesorado con dedicación y profesionalismo por más de una década”.
Es más, argumentó, “cualquiera que indague, verá que mi patrimonio no ha crecido los últimos diez años y solo tengo la vida que puedo financiar con mi trabajo”. En resumen, “jamás arriesgaría el prestigio que tanto me constó construir”.
Para cerrar, planteó que el reportaje ignora el escenario de pandemia que gimnasios y centros deportivos durante, por lo que “no han podido funcionar con normalidad, lo que evidentemente provoca déficits y pérdidas que en ningún caso tienen que ver con dolo o falta a la probidad”.
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