Príncipe Harry agarró la vuvuzela para apoyar a la Roja

A la selección de fútbol de Inglaterra le fue como las huifas en el Mundial de Brasil. Sólo sacó un miserable punto -de nueve posibles- frente a Costa Rica y se fue para la casa en primera vuelta.  

El príncipe Harry fue a ver el último partido de sus compatriotas y luego se embarcó a nuestro país,   donde realiza una visita oficial como representante de la corona británica.

El colorín de 29 años famoso por su amor por la noche, presentó a las 9 de la mañana una ofrenda floral en la tumba de Bernardo O'Higgins en la Plaza de la Ciudadanía. Ahí un compatriota nuestro le pasó un gorro chileno estilo bufón que el cuarto heredero al trono se llevó para usarlo cuando hoy vea a nuestros cabros darles guaraca a los pentacampeones del mundo.

En el mismo lugar el Harry, que venía de un clima tropical, comentó que pensaba que haría más calor y lanzó el juego de palabras "I'm chilly in Chili", en alusión al pingüino que salía con el Pájaro Loco y la forma de escribir el nombre de nuestro país en inglés. ¡O sea, el compadre estaba congelado!

De pura buena onda se acercó a algunos curiosos y aceptó posar para sus cámaras, pero "nada de selfies", les dijo el jaranero que incluso ha sido fotografiado en el acto.

Su siguiente actividad tuvo lugar en La Moneda. Ahí se juntó con la Jefa, quien se veía chiquitita al lado del palote que mide un metro 88 centímetros.

Más tarde partió con su comitiva al jardín Sagrada Familia de la Fundación Integra, en Pudahuel, donde fue recibido por los niños que aún celebraban el Año Nuevo Mapuche.

Al Harry le regalaron un cultrún y una trutruca, pero donde más se entretuvo fue en la confección de artículos de greda. Hizo algo parecido a un cenicero y  un jarrito en el cual perfectamente podría echar medio litro de pipeño con chicha.

La directora del jardín es Jimena Pérez Jara, quien destacó la cercanía del príncipe con los niños. "Fue cariñoso, espontáneo, más parecido a su mamá que a su papá".

En cuanto a la apariencia de la ilustre visita, la docente agregó que “es guapísimo, parecía muñequito, muy bonito. Y me dijo que lo abrazara cuando nos tomamos una foto”.

A la siguiente actividad el colorín fue vestido de guerra porque visitó una unidad militar y luego encabezó una cena en la residencia del embajador británico y se portó muy bien.

Bomberos esperan al Príncipe Harry para 'apagarlo' | La Cuarta

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