El "Príncipe" Charles Aránguiz se merece un monumento

Como sólo en Chile tenemos la cabeza conectada con el popó, no faltó el cumpa chaquetero que osó llenarse la jarra diciendo que Charles Aránguiz era como el boleto de metro, onda, que ya no existía.

Y para esos malagradecidos que lo criticaron, sin cachar que si antes no brilló fue porque lo molieron a palos. Ayer el "Príncipe" se mandó la mejor actuación desde que llegó a Rusia.

Mientras por los paralantes del Arena Kazán sonaba el "Despacito" del enano Luis Fonsi, Charles se retiró ayer vitoreado por las 40 mil almas que presenciaron la nueva hazaña roja.

Y razones había de sobra. Junto a Marcelo Díaz, el ex tractor bullanguero fue el hombre más preciso sobre el pasto. Imagine que dio 72 pases al hueso correctos, con un impresionante 92,2% de precisión según el análisis de la Copa.

¿El hombre del partido?

Si Claudio Bravo no atajaba los tres penales, que lo convirtieron en leyenda a nivel planetario, Charles merecía ser el hombre del partido. Porque además con el penal que enchufó en la definición de la muerte batió otro récord de efectividad.

Frente al punto de los doce pasos, el "20" del Leverkusen la mandó a guardar ante Brasil 2014, Argentina 2015, Argentina 2016 y Portugal 2017. Todo un mérito que el héroe más encima lo tomó con humildad.

"El penal lo tiré como siempre. No hay fórmula más que mantener siempre la tranquilidad", dijo Aránguiz. Que con una sinceridad que ya se quisieran los políticos asumió que "en la última jugada quedeé tirado al otro lado de la cancha. De verdad pensé que no me paraba más. pero sacamos fuerza no sé de dónde". ¡Ídolo!

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