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Carmen Godoy enseñó Castellano por más de 37 años en diversos colegios: desde Paine a La Pincoya moldeó generaciones ejemplares que ya de profesionales le agradecen.
El Gobierno también le dio las gracias a la madre de dos hijos y le hizo entrega de un bono especial por la formación de niños y jóvenes chilenos.
Gratitud y reconocimiento que el propio ministro de Educación Harald Beyer le entregó la mañana de ayer, junto con un ramo de flores y un cinematográfico abrazo inicial a la profesora.
El bono se entregará por una vez, y va de un millón a dos millones de pesos. El dorado galardón es para todos aquellos profesores que hayan jubilado antes de 2010.
“El bono lo voy a compartir con mi familia y algo para el ahorro”, nos enseña Carmen.
Al sacarla a la pizarra la docente, que se formó en la escuela normalista, advirtió que el secreto para educar mejor es “enseñar con alegría y con mucha, mucha paciencia”.
Al igual que Gabriela Mistral, esta profesora recalca con pasión que “el que no ame enseñar, que mejor no lo haga, hay que tener un 99% de vocaciòn”.
Arengó a los jóvenes que para que sean profesores, así como a las autoridades para que los escuchen: “hay ver lo que quieren, hacer una mesa con ellos, escucharlos”.
Mientras desayunaba con el ministro y miraba con cariño a su marido, también profesor, de quien se enamoró en las aulas, recordó sus primeros años como educadora: “Me levantaba a las 5.30 de la mañana para ir al colegio de Paine, y regresaba muy tarde, ya que iba a trabajar la tierra con los campesinos”, relató orgullosa.
