La casa de estudios de La Serena deberá nombrar una de sus aulas como "Clarina Ahumada", quien ganó una demanda contra la institución después de que negaran el vínculo laboral tras la jubilación.
En marzo de 2017, Clarina Ahumada Reyes fue destacada y homenajeada por la Universidad de La Serena por su aporte a la docencia en el Departamento de Música de dicha casa de estudio.
En la ceremonia se destacó su compromiso con el aprendizaje de cientos de estudiantes en 30 años de carrera.
Excelencia educativa y dedicación docente", fueron parte de los calificativos que mencionó la rectoría en el homenaje.
Sin embargo, con el paso de los meses la realidad de la profe al interior de la casa de estudio cambió del cielo a la tierra. Tanto así que la historia terminó con dos años de demandas y acusaciones cruzadas en los tribunales del trabajo.
¿Qué pasó?
Según el relato de la señora Clarina, al momento de querer acogerse a retiro por la Ley N° 21.043 -promulgada en octubre de 2017 y que permite a los docentes y directivos de las universidades del Estado a recibir una bonificación por años de servicios- los mandamases de La Serena aseguraron que la profe dejó de tener participación en la universidad en 2013 ya que ese año jubiló, por lo que no le correspondía la bonificación.
"La comisión de Educación recomendó renovar la planta académica por edad, de eso se aprovechó la universidad para despedir a casi 30 académicos. Fue tremendamente doloroso porque yo tenía toda una historia dentro de la universidad, ejercía la docencia en las carreras universitarias y en la escuela experimental. Tenía un lazo fuerte con la enseñanza", comentó la profe, quien aseguró que siguió en su pega después de jubilarse, por lo que la universidad habría actuado de "mala fe".
Pasaron dos años de juicio, donde incluso metió la cuchara el Tribunal Constitucional, para que los tribunales acogieran la demanda de la profe Ahumada y acusaran a la casa de estudios de la región de Coquimbo de "vulnerar la garantía de no discriminación de doña Clarina en razón de su edad, poniendo término a la relación laboral por despido discriminatorio y grave". Con la resolución, la casa de estudios deberá pagar 29 millones de pesos a la maestra, además de realizar una charla sobre "no discriminación en relaciones laborales" y nombrar una de las salas del Departamento de Música con el nombre de la profesora.
"Lo peor ya pasó"
"Es lamentable lo que pasó porque es una universidad del Estado y el Estado deberá pagar 1.800 millones de pesos a todos los profesores porque un rector no quiso llegar a un acuerdo. Lo que me duele es que la universidad, en la que llevo años trabajando, quedará manchada", comentó la mujer, quien asegura que en dos años sin pega debió vender un auto y un departamento en La Serena para trasladarse a Santiago. Sin embargo, estará presente en la nueva ceremonia de homenaje.
"Los de las universidad agachan la cabeza nomás, pero iré y diré lo que he tenido que pasar. Ha sido muy duro para mí y mi familia, pero lo peor ya pasó", sostuvo la maestra.