Alejandro Domínguez es el presidente de la Conmebol y ha sido la cara visible de la bochornosa final de la Copa Libertadores. b El dirigente paraguayo está a cargo de la institución luego de los casos de corrupción.
La expectación por uno de los partidos más importantes de la historia del fútbol sudamericano se ha visto afectada por los escándalos ocurridos a las afueras del Estadio Monumental de River Plate. El bus que trasladaba al plantel de Boca Juniors fue apedreado por la afición platence, además de robos y altercados en las afueras del recinto deportivo, marcaron la suspendida final entre ambos gigantes argentinos.
Las preguntas sobraban, las respuestas escaseaban y el encargado de dar la cara ante tales eventos fue el presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Alejandro Domínguez, quien durante este fin de semana se convirtió en uno de los rostros más reconocidos por las pantallas de la televisión mundial.
Con mucha timidez y congoja, Domínguez aclaró, el día sábado y ayer domingo, las varadas suspensiones del juego y los supuestos nuevos horarios de la final. La opinión pública y los hinchas se tornaron hacia las palabras y las medidas que debería tomar Domínguez, un hombre que por primera vez enfrenta un problema de esta envergadura, tras aceptar su cargo el año 2016.
Economista titulado de la Universidad de Kansas, Estados Unidos, el paraguayo de 46 años ha tenido una vida dedicada al fútbol. Su carrera, la comenzó gracias a su padre, el ex presidente del club Olimpia, Osvaldo Domínguez, que durante su mandato nombró a su hijo vicepresidente, cargo donde Alejandro se destacó y llegó a ser nombrado vicepresidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol, en el año 2007.
Durante el año 2015 explotó el caso de corrupción en la FIFA, hecho que sacudió al mundo deportivo y recayó en todas las instituciones continentales de fútbol, entre ellas, la Conmebol, la que por esos días tenía a la cabeza a un coterráneo de Domínguez, Juan Ángel Napout, que el día 3 de diciembre de 2015 fue detenido en Suiza por aceptar sobornos, renunciando al cargo y abriendo nuevas elecciones en la Confederación. Se postuló junto al uruguayo Wilmar Valdés, pero éste renunció a sus aspiraciones, dejando a Domínguez como único candidato, por lo que asumió la testera del balompié sudamericano el 26 de enero de 2016.
Desde ese momento, el actual mandamás de la institución se ha encargado de mejorar la imagen de la dirigencia deportiva, tras todos los escándalos de corrupción e ilegalidades que salieron a la luz, donde también cayó un conocido nuestro, Sergio Jadue.
El mandato de Domínguez, de todas formas, ha tenido la suerte de verse alejado de todo problema legal, al menos hasta ahora.
En este nuevo periodo, la Conmebol intenta hacer las cosas mejor, manteniéndose fuera de la polémica. Eso hasta el pasado sábado, cuando la final más esperada de la historia de la Libertadores entre Boca y River, se lleno de polémicas extra futbolísticas, las que pusieron en aprietos a un dirigente que sólo ha intentado hacer lo correcto ante la presión.