Psicópata del Pincel ataca a mujer que lo rechazó

Antonio Carvajal Valdivieso se indignó porque emprendedora le dio el filo a sus ofrecimientos vía WhatsApp y la golpeó con un objeto contundente en la cabeza. Fue detenido y formalizado. Se encontraba libre desde enero de 2018, tras cumplir 10 de los 29 años de condena por brutal crimen en Santiago y violaciones en Chañaral.

Antonio Carvajal Valdivieso (53), también conocido como el Psicópata del Pincel, le dio la razón a quienes criticaban su libertad condicional, decretada en enero de 2018 por parte de Gendarmería, luego que la mañana del miércoles atacara a una mujer que rechazó sus cortejos y constantes mensajes vía WhatsApp.

De acuerdo a los antecedentes revelados en la formalización, la víctima (43) se encontraba en su local de venta de ropa americana, ubicada en calle Cienfuegos, en La Serena, cuando llegó el imputado a su negocio y, sin haber mediado provocación, le propinó golpes con un elemento contundente.

La mujer trató de defenderse y forcejeó un momento para pedir ayuda a los otros locatarios del sector, quienes salieron en su auxilio y en una detención ciudadana lo atraparon y dejaron en el suelo hasta que llegó personal policial para llevarlo detenido.

"La víctima del ataque presentaba lesiones fundamentalmente traumatismo y algunas contusiones que se le constataron en el Servicio de Urgencia Hospital La Serena", dijo el jefe de la Brigada de Homicidios de esa ciudad, el subprefecto Cristián Lobos.

De acuerdo a lo señalado por fuentes policiales, el "Psicópata del Pincel" habría intentado agredirla con un arma cortante.

"Se formalizó imputado homicidio tentado, hubo antecedentes suficientes para considerar que su libertad es un peligro para la seguridad de la sociedad. Su prontuario fue importante para la necesidad de cautela", dijo el fiscal Nicolás Nicoreanu.

El detalle del Psicópata

Antonio Carvajal y su víctima se conocieron en agosto de este año. Él llegó al local de ropa americana como un cliente más y de a poco se ganó su confianza al llevar clientela al boliche.

La mujer, a los clientes de confianza, les daba un número telefónico que era usado como WhatsApp. Con él les informaba de la ropa que llegaba para que concurrieran a verla y comprarla.

Con el número de teléfono en mano, comenzó a escribirle mensajes subidos de tono y una serie de invitaciones a salir. Frente a esto, la mujer le dijo que no y, para que se dejara de dar jugo, puso una foto de ella en compañía de un amigo. Esto desató su ira.

"Estamos frente a un sujeto que tiene una subjetividad a la transgresión , ya sea de las personas o las normas (...) Además, posee una escasa tolerancia a la frustración", según explicó el comisario Gonzalo Ulloa, psicólogo de la PDI.

Finalmente, el imputado quedó en prisión preventiva y el plazo de investigación es de 90 días.

Su nutrido prontuario

Sus crímenes comenzaron en 1988, cuando fue a la cárcel por golpear y violar a su pareja. Luego de tres años preso, quedó en libertad.

Años más tarde inició una relación de "fines de semana" con la menor Ingrid Campos (16). En 1994, registró nuevos episodios de violencia, al golpearla cuando estaba embarazada. Pese a ello, la relación continuó y se trasladaron a Chañaral. En 2002, ella huyó.

Tras al quiebre, embaucó a otras mujeres, al decirles que tenía un concurso que buscaba premiar con un millón de pesos a la mejor modelo amateur.

De esa manera, llevó a cabo sesiones fotográficas, con las que posteriormente chantajeó a sus víctimas. Tras ser pillado, volvió a huir. Esta vez a Santiago.

En la capital siguió el mismo método. Así conoció a Carla Ramos, estudiante de Pedagogía, quien asistió a una sesión fotográfica junto a su amiga, María Isabel Pérez, quien fue atacada por el hombre, violada y posteriormente enterrada viva.

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