Ni siquiera a los Tres Chiflados les hubiese salido tan pa' la risa la construcción del ya tristemente famoso puente Cau Cau de Valdivia. Lo que pasa es que la edificación del primer puente levadizo de Chile se ha convertido en una comedia de equivocaciones que estos días sumó un nuevo capítulo digno del Semanario de lo Insólito.
Esta vez los constructores sumaron su quinta falla de gravedad al condorearse con la rótula y el émbolo del cabezal norte del puente, lo que en términos simples, significa que no se pueden abrir los dos brazos del puente.
Según explicó el ministro de Obras Públicas a la comisión ídem del Senado, Alberto Undurraga, en sólo dos semanas se podrá "tener claridad de cuáles son los caminos a seguir".
Un tiempo ya demasiado largo para los valdivianos, que están echando humito con tanto condoro. El alcalde Omar Sabat indicó a La Cuarta que "tras cada falla, las autoridades llamaban a la calma diciendo que era un hecho puntual y que se solucionaría. Hoy, el Ministro dice que hay un conjunto de errores constructivos sucesivos. Claramente, eso no nos deja tranquilos".
El edil agregó que "no entiendo por qué recién ahora piden una empresa certificada para el mecanismo de levante del Cau Cau. Estamos hablando del primer puente basculante de Chile, se supone que es un proyecto que debiera tener un cuidado especial y se dan lujos irresponsables como contratar el mecanismo principal a una firma no certificada".
Agregó que "es irrisorio que el primer puente basculante de Chile pueda funcionar sin levantar los brazos, como señaló el subsecretario Sergio Galilea ante los parlamentarios, ya que en esas condiciones el proyecto no cumple con sus objetivos".
