¡Qué choro! Hotuiti se quedó con el caño

Los reporteros que asistieron a cubrir el remate de artículos dados de baja del Passapoga estaban tan choreados como los artículos más preciados de la subasta.

Resulta que, según el programa del martillero, cuatro caños debían salir a remate unas cinco horas después del inicio de la actividad (11 horas), pero menos mal que el encargado apuró la causa y a las 13.30 las reliquias del famoso night club encontraron dueño.

Antes, en unos galpones del Espacio Broadway en el kilómetro 16 de la ruta 68 se fueron al mejor postor un montón de cachureos del teatro Caupolicán y de la misma discoteca; ambas propiedad de los dueños del Passapoga.

Doce urinarios de acero inoxidable, 21 guáteres sin tapa, un lote de parrillas oxidadas, cajas de bebidas con botellas, tejas rotas, calderas ardientes, puertas (abiertas y cerradas), sillas, y cientos de cachivaches se fueron por algunas monedas.

Lo que más costó vender fue una pila de faxes que ahora, gracias a internet, sólo sirven de adorno.

Cuando el remate iba en el lote 90, el martillero se saltó al grupo de objetos que alguna vez pertenecieron al Passapoga que iban en el lejano lote 350.

Las estrellas entre las reliquias fueron cuatro fierros de topless, conocidos desde hace unos años como "caños". Lo más increíble es que el administrador del Passapoga reconocía a cada uno por el olor y se sabía sus historias.

Sandro nos contó que el caño más famoso era el que estaba en la entrada del escenario a la derecha, fue usado por Catherine Fulop, Graciela Alfano, Leonor Varela y una vez por una modelo que ayer se mezcló entre la multitud en busca de un buen precio.

Francisca Ayala llegó junto a su marido Hotuiti, quien no dijo ni pío cuando un cabro se adjudicó un disfraz erótico de la Caperucita Roja que usó Pamela Díaz, pero saltó al comenzar la puja por los caños.

El martillero pidió 100 lucas, pero sólo recibió como oferta 50 mil pesos de parte de un viejo tan chico que cuando se sienta en la cuneta queda con las patas colgando.

El pascuense entró en acción y ofreció 100 lucas. El dueño de una discoteca puso sobre la mesa 150 y el modelo subió a 200. El empresario, después de romper su chanchito, ofreció 220 mil, que no fueron suficientes comparados a las 250 lucas con las que Hotuiti se quedó con los fierros.

De inmediato, Fran impulsada por la retaguardia por su marido los probó y posó para las cámaras. Luego contó que pretenden mandar dos a Rapa Nui y el resto los va a cortar para instalarlos en su casa. Quieren hacer ejercicio y compartirlos con algunos amigos y parientes que invitarán a bailar con su nuevo juguete.

El isleño reconoció que tiene pensado lavar los fierritos que durante décadas fueron piezas fundamentales en presentaciones de chiquillas de todo el mundo que vinieron a probar suerte a Chile.

Luego se fueron, a 200 mil pesos, dos estupendos sillones rojos con las letras del Passapoga bordadas con hilo dorado. Muebles que si pudieran contar qué hombres hicieron zumbar sus resortes en buena compañía dejarían la señora del zorro.

A esa hora el evento era un éxito que retomó el orden establecido y siguió con el remate de artículos más fomes, pero muy baratos.

Sandro cambió 9 elegantes bastones por 120 luquitas

El administrador de Passapoga usa bastón de puro elegante que es y aprovechó de rematar nueve que estaban medio viejos. Entre el lote llamó la atención uno que tenía la empuñadura con forma de pollo desplumado, y otro que lucía un escarabajo de adorno.

Para sorpresa de todo el mundo, los palos alcanzaron la respetable cifra de 120 lucas, que pagó el mismo hombre que se quedó con el vestido de la Caperucita Roja.

Piolita pasó entre la multitud de oferentes la bonita figura de una sobrina de la recordada española Maripepa Nieto. Con sólo 19 años Vanessa Serrano (ver páginas 22 y 23) decidió seguir los pasos de su tía y de su mamá (que también fue vedette) y  por eso adquirió en el remate un coqueto traje que ambas mujeres usaron hace 20 años.

La gracia le salió medio cara porque debió ponerse con 300 lucas, pero la chica se fue feliz con el conjunto que aparentemente le quedará un poco chico de arriba y grande de abajo.

Otro remate interesante y donde se movió más dinero fue el de 15 autos dados de baja en buenas condiciones y con la revisión técnica al día.

Atentos a esa movida estuvieron dos guatones gitanos que mientras esperaban se sacaron alrededor de chorrocientas mil fotos con las cuatro modelos que alegraban la vista de los asistentes al remate.

La gran decepción de la jornada fue la subasta de dos fotos autografiadas por Marilyn Monroe. Las piezas tienen más de cinco décadas y llegaron a las manos del Sandro hace seis años, cuando se las regaló un amigo.

En la primera foto la actriz firmó de su puño y letra "con amor, Marilyn Monroe". El autógrafo fue dedicado al cineasta y músico argentino-chileno José Bohr, quien contó en sus memorias que conoció a la gringa en la filmación de una peli.

En la segunda foto el cineasta sale con una sonrisa llena de dientes junto a Marilyn. Esa imagen le sirvió para ilustrar la portada del libro "Las Memorias de José Bohr: Luz, Cámara, Acción".

Lamentablemente, ni un perico fue capaz de ponerse con el mínimo de ocho millones de pesos y las fotos serán ofrecidas en el extranjero.

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