Condenado por los delitos de parricidio y homicidio simple habló por primera vez acerca de los asesinatos que lo mantendrán tras las rejas hasta 2053.
El nuevo capítulo de Mea Culpa recreó la historia de Alamiro González Escobar, un hombre que fue condenado a 17 años de presidio por asesinar a su pareja en 2007 y a otros 15 por matar a un reo al interior de la ex Penitenciaría en 2012.
En entrevista con Carlos Pinto, el sujeto revivió sus primeros años de vida, su vínculo con las drogas y el crimen de Giorgina.
“Estaba drogado con pastillas, andaba muy drogado. Yo la apunté con el arma y se me salió un tiro. Veo que se cayó al suelo, la llevo para la calle, empiezo a pedir auxilio, pasa un camión de un gas y vamos al hospital más cercano. Aún tenía los signos vitales. Tenía dos opciones: arrancarme o entregarme. Opté por entregarme”, rememoró.
Ya al interior de la cárcel, Alamiro reveló que “aprendí que si este es malo, yo quiero ser más malo”.
Además, reconoció que llegó a ser “dueño de una galería, donde hay 200 o 300 personas. Se hace lo que uno dice. Yo decidí hacer un atentado para pegarle a las demás personas, de otras galería, por ejemplo. Siempre hay riñas de distintos lugares. Yo decido quién va. Yo no voy, el líder nunca va”.
Consultado acerca del segundo homicidio, rememoró que “peleamos, me tiró unas puñaladas, le tiré unas puñaladas yo y le di en el cuello. Votó sangre y le dije ‘ándate pal hospital’ y después no volvió más”.
“Nadie dijo nada (en la cárcel), después se fue un interno pa’ la calle y le contó a la mamá (del asesinado) quién lo mató. Uno se fue de boca”, complementó.
“Qué fuerte lo que me estás contando”, le respondió Carlos Pinto.
Familia de prisioneros
En uno de los momentos más impactantes de la conversación entre González y Pinto, el reo dio a conocer que compartió cárcel con su padre y distintos familiares. “Estuvimos juntos con mi padre. También habían hermanos, sobrinos, primos y tíos. Todos ahí en familia. Mataron a harta familia mía por eso, a varios seres queridos”, dijo.
Acto seguido, contó que “a mi padre lo mató mi primo en la calle, en Pudahuel. No sé por qué lo habrá matado, pero mi padre lo crió, era su hijo. Él le decía ‘papá’ a mi papá”.
Y si bien se encontró con el asesino de su padre al interior de un recinto penal, optó por “perdonarle” la vida. “Me encontré con el Raúl. Le tiré sus aletazos, sus combos, le dije ‘ándate de aquí’ y le perdoné la vida, porque no quiero estar más acá. Perdí mi juventud, mi familia, mis hijos. Perdí todo”, explicó.
“Fui malo”
Sobre su futuro, Alamiro afirmó que “tengo que cambiar primero por mí, quiero ser otra persona, porque hice tantas cosas malas. Después con el tiempo empecé a servirle a dios, fumaba cigarros y lo dejé. Dejé la marihuana, la pasta base. Es la pregunta que uno se hace; no haber conocido a dios antes”.
“Estoy completamente arrepentido de las cosas malas que he hecho en la vida. De que fui malo, fui malo”, continuó.
Finalmente, reiteró que “no quiero estar acá, porque tengo familia. Lo más importante que me pasó fue haber conocido a dios en la cárcel. No vale la pena estar acá, ser alguien que no soy, ser más choro que todos. No vale la pena”.
Como era de esperar, los televidentes reaccionaron con sorpresa a las declaraciones de Alamiro González.