Se trata de un socavón —hundimiento del suelo—, que puede deberse a varios motivos, naturales o por mano del ser humano. Mientras el Sernageomin estudia su origen, las autoridades temen que el agujero siga aumentando de tamaño. Claro, la población más cercana está ubicada apenas a 600 metros.
El sábado pasado una denuncia ciudadana sacudió la tranquilidad de Tierra Amarilla:
—Era respecto de un socavón que se habría producido aquí en nuestra comuna cerca de Mina Alcaparrosa, que es parte de Minera Candelaria —dijo a los medios con preocupación el alcalde de la localidad, Cristóbal Zúñiga.
Pero antes de seguir, es importante saberlo; ¿qué es un socavón, y por qué habría de generar tal preocupación? De buenas a primeras, parece no haber muchas dudas: es un agujero inmenso. Con mayor precisión, la Real Academia Española (RAE) lo define como un “hundimiento del suelo por haberse producido una oquedad subterránea”.
Se saben más cosas. Por ejemplo, que los hay de diferentes tipos, profundidades y tamaños. De acuerdo al Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), existen los socavones por disolución, por subsidencia de la cubierta, por colapso de la cubierta o, inclusive, pueden ser provocados por las mismas personas.
La Red Geocientífica de Chile suscribe a esa definición. Según esta ONG, un socavón, en realidad, se puede originar “de forma natural por circulación de aguas subterráneas luego de una fuerte lluvia, la disolución de rocas calizas o incluso un flujo de lava”.
En cambio, “la pérdida de soporte por extracción de aguas, hidrocarburos, excavaciones mineras o civiles” son los motivos que se vinculan a la mano del ser humano. “Para evitarlo”, aleccionan, “es crucial un buen diseño e ingeniería”.
¿Qué pasó en Tierra Amarilla?
En Tierra Amarilla, a unos 800 kilómetros de Santiago, rozando los 13 mil habitantes, de inmediato a ese agujero que apareció de golpe se le dio máxima prioridad. El edil, de hecho, sostuvo que la comunidad siempre cargó con ese miedo: producto de los yacimientos mineros y trabajos subterráneos bajo la comuna, la chance reposaba allí.
“Nosotros solicitamos que se pueda esclarecer cuál es el motivo y por qué se produjo este evento, cuáles son las razones, si es que el derrumbe es producto de la actividad minera que por debajo o si es que se trata de otra naturaleza”, pidió más tarde frente a los micrófonos.
Con el paso de las horas se obtuvieron más detalles. Por ejemplo, equipos especializados del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) calcularon que el socavón tiene 64 metros de profundidad y 32 de diámetro. “La base de este forado es de 48 metros”, añadió el director (s) del Sernageomin Atacama, Franklin Céspedes.
Pero, a estas alturas, lo que más temen las autoridades, es que está vigente la posibilidad de que el agujero siga aumentando su tamaño. Así lo confirmó el alcalde Zúñiga: “Sigue activo, en crecimiento y es algo que no se había visto en nuestra comunidad”. El temor, por cierto, es justificado: la población más cercana está ubicada apenas a 600 metros.
Sobre su origen, sin embargo, aún no hay claridad.
“Dentro de los orígenes más probables está la extracción de aguas en napas subterráneas; sin embargo, en esta situación el origen parece estar asociado al colapso de túneles o alguna excavación subterránea producto de la minería”, le comentó Diego Zamorano, de la Red Geocientífica de Chile, a Las Últimas Noticias. La lluvia ácida o la manipulación de los flujos de aguas, sostuvo el experto, pueden ser otras causas. Pero no quiso arriesgar.
Lo que sí le llamó la atención fue la forma perfectamente circular que presenta el socavón. Al respecto, precisó que se debe a un patrón radial del colapso. Es decir, “todo va cayendo hacia abajo. El colapso parte de un punto y luego simétricamente se va expandiendo hacia afuera, generando círculos”.
“Es la forma en que la naturaleza gasta menos energía en el proceso también, ya que no prefiere una dirección por sobre otra”, completó.
Mientras continúan los estudios para esclarecer los motivos de su aparición, y asimismo asegurar que se cumplan todas las medidas de seguridad para salvaguardar la vida de los trabajadores y comunidades cercanas, la compañía canadiense Lundin Mining, que opera la mina Alcaparrosa de Candelaria, dio algunas declaraciones.
Dijo que “no hubo impacto en el personal, el equipo o la infraestructura” y que, como medida preventiva, resolvieron suspender temporalmente los trabajos de desarrollo en un área de la mina subterránea.