“Yo siempre pienso que lo bonito y feo no se olvida, y nunca podré olvidar cuando fuimos sacados junto a mis abuelitos y otros familiares con los ojos vendados y traídos a Santiago”, fue parte del mensaje que le escribió una pequeña de nueve años a la viuda del dictador.
El lunes 30 de agosto de 1976, Ninoska, una pequeña de apenas nueve años, en medio de la tristeza y la angustia que atravesaba en ese minuto, se atrevió a escribir una carta que iba dirigida a Lucía Hiriart, viuda del dictador Augusto Pinochet Ugarte que, recordemos, falleció la tarde de este jueves a sus 99 años, en el departamento de su hijo, Marco Antonio Pinochet, situado en la comuna de Lo Barnechea.
Ninoska estaba triste porque extrañaba a sus abuelos. Hace cinco meses que no les veía. Habían desaparecido sin más. Además, había escuchado que unos días más tarde, el 3 de septiembre, se celebraba precisamente el Día de los abuelos.
Fue entonces que redactó esta carta, compartida por el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, donde relata detalladamente cómo durante una noche agentes de la DINA ingresaron a su casa para sacarla junto a sus abuelos y familiares.
La carta:
Sra. Lucía:
Yo sé que usted es una persona muy buena con los niños de Chile, así lo he visto por televisión.
Señora Lucía yo le escribo como una niña de 9 años que soy, y estoy muy preocupada porque se ha dicho que el 3 de septiembre es el Día de los abuelitos.
Yo quiero saber donde puedo saludar a los míos que fueron sacados un día 2 de abril en la noche desde nuestra casita. Quiero que usted le pregunte a esos señores de la DINA, así ellos lo dijeron. Dígales que me los manden por favor, y (pregunten) dónde están ahora.
Yo siempre pienso que lo bonito y feo no se olvida, y nunca podré olvidar cuando fuimos sacados junto a mis abuelitos y otros familiares con los ojos vendados y traídos a Santiago.
Aquí nos dieron pastillas, golpes y le hacían preguntas a mi abuelito siendo ya un ancianito.
Usted es madre y abuelita también y quiero que vea en mí a una nieta de Chile con mucho dolor.
Yo me pregunto si es malo que mi abuelito haya tenido la idea de ser diputado de Chile; (o sis) para una nieta del señor Pinochet será malo que su abuelito haya tenido la idea de ser presidente. Yo creo que para nosotros los nietos, es lo más grande y feliz o yo no lo entiendo.
Le digo a usted que muchas veces me hinco a pedir y miro a Dios y le pregunto: ‘¿Qué es lo que pasa? ¿Qué hicieron mis abuelitos que esos hombres malos se los llevaron?’.
Yo me pongo la mano en mi pequeño corazoncito y me dan deseos de gritar: ‘Basta. Devuélvanmelos. Es lo más querido de mi vida’, y termino llorando.
Yo le pido a usted que se ponga la mano en su corazón grande y bondadoso y le responda a esta nieta triste y enferma, porque ya son 5 meses que no los veo.
Los nombres de mis abuelitos son:
– María Olga Flores Barraza 61 años
– Bernardo Araya Zuleta 68 años
Saluda a usted Ninoska Henríquez Araya.
La respuesta:
El martes 7 de septiembre de 1976, cuatro días después del Día de los abuelos que tanto anhelaba Ninoska, Lucía Hiriart contestó la misiva:
“Lucia Hiriart de Pinochet, saluda muy atentamente al señor(a) Ninoschka Henríquez Araya y junto con acusar recibo de la nota que le enviara, le comunico que la hizo remitir al señor director de DINA, para su estudio y posterior resolución.
Aprovecha la oportunidad para reiterarle sus atentos y cordiales saludos”.