"¡Que vuelva!", clama mujer del "asesino" de Víctor Jara

"Estoy muy mal. Me enteré a través de la televisión y ahora quedé desamparada".

Ésta fue la primera frase que salió de los labios de Rosario González antes de que rompiera en un amargo llanto.

La Cuarta ubicó a la mujer, conviviente del ex conscripto José Paredes -procesado el martes por el juez Juan Fuentes Belmar como el autor del homicidio del cantautor Víctor Jara en septiembre de 1973- en la comunidad de Costa Azul, comuna de El Tabo, Región de Valparaíso.

Sobre los hechos en que aparece involucrado Paredes, la mujer asegura que jamás se enteró de nada y que él nunca se refirió en su presencia al tema.

Según la versión entregada por el diario electrónico de investigación CIPER Chile, que dirige la periodista Mónica González, un subteniente jugó a la ruleta rusa en uno de los camarines del ex Estadio Chile, donde permanecía prisionero el cantautor. Cuando el disparo mató a Jara, los oficiales ordenaron rematarlo (el cuerpo presenta 44 impactos), y botar su cadáver cerca del Cementerio Metropolitano.

A pesar de todo, Rosario cree en la inocencia de su pareja.

"Quiero que lo larguen. Él no es culpable, es inocente. No creo en nada de lo que dicen en que estuvo metido. Él me hubiese dicho alguna cosa", enfatizó.

La mujer compartía una pequeña habitación con Paredes, en un terreno cedido por un vecino de la comunidad.

Para solventar sus gastos, el ex recluta se dedicaba al cuidado del vecindario, limpiaba y mantenía jardines y realizaba todo tipo de pololitos, los que promocionaba a través de un letrero instalado en su modesta mediagua.

"Era un trabajador súper bueno. Cuidaba casas y hacía algunos pololitos. Él no fue malo", sostiene la pobladora.

PRESO

Hasta el jueves de la semana pasada, sus vidas transcurrieron en forma humilde, pero normal.

La tarde de ese día un equipo de la Policía de Investigaciones de Chile, PDI, que viajó desde Santiago, detuvo a José Paredes Márquez, sin que éste opusiera resistencia.

A partir de ese momento comenzó el calvario para Rosario, quien no se explicó los motivos por los que su pareja había sido detenido.

"Lo quiero mucho. Deseo que vuelva. Él fue muy bueno, él nunca hizo nada conmigo, nunca me pegó", lloriquea la infeliz.

Rosario ahora está sola, no tiene perro que le ladre y se las pasa llorando y pensando en lo que le aguarda el futuro sin tener a su lado a su compañero.

Ante esta sorpresiva soledad pide auxilio: "Quiero que mi familia que vive en Santiago me venga a ver, porque estoy sola y destrozada".

José Paredes Márquez cumplió su servicio militar en el regimiento Tejas Verdes de San Antonio, bajo el mando del entonces coronel Manuel Contreras.

EJÉRCITO CRANEA APOYO JURÍDICO

La Cuarta conversó con el actual director de la Escuela de Ingenieros Militares, comandante Mario Puig Morales. Al ser consultado por eventual apoyo jurídico para el procesado, señaló que "familiares de Francisco Quiroz Quiroz, soldado que cumplió su servicio militar en Tejas Verdes en el año 1973 junto a José Paredes, solicitaron intervención del Ejército, pero tras quedar absuelto, el trámite llegó hasta ahí. En el caso de Paredes, en la medida que la familia se acerque a esta unidad, realizaremos las acciones que estén a nuestro alcance".

A. Espinoza/M. Vega

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