El 21 de octubre de 2013, el cuerpo desmebrado de la mujer de 31 años fue hallado en un carro de supermercado en un paso bajo nivel cercano al Centro de Justicia. Hasta la fecha, su muerte no ha logrado ser esclarecida.
Empujando un carro de supermercado cargado con varias bolsas de basura selladas artesanalmente al vacío, un hombre camina por calle San Ignacio en dirección sur con evidente cojera.
Son casi las 9 de la noche del 21 de octubre de 2013 y el desconocido, de 1 metro 68 de altura, dobla por Isabel Riquelme para entrar a un paso bajo nivel no habilitado, que atraviesa la Autopista Central y que antecede al penal Santiago 1 y el Centro de Justicia.
La noche recién ha caído y el paso, quizás el único de tierra en la zona, tapizado en grafitis y con todo tipo de basura alrededor, está vacío. Por lo mismo, el cojo ubica con tranquilidad el carro casi en el extremo poniente del túnel, pegado a la muralla norte, y le prende fuego al contenido, para luego irse caminando en la misma dirección con rumbo desconocido.
Las horas pasan y recién en la madrugada de 22 de octubre, a eso de las 4 de la mañana, un grupo de personas que "hace hora" para visitar a familiares tras las rejas, utiliza el inhóspito bajo nivel para cruzar a comprar y les llama la atención el olor que emana desde el fuego a punto de extinguirse.
Una vez cerca comprueban que las llamas solo habían afectado a la primera bolsa y con estupor observan por los costados restos humanos al interior del carro.
Pronto el lugar se convierte en centro de la noticia, agolpando a carabineros, detectives, prensa y curiosos en el "túnel maldito".
Peritos de la PDI concluyen que solo las piernas se han visto afectadas por las llamas, pero que el resto del cuerpo se ha logrado conservar por el tipo de empaque realizado a cada miembro. Se trata del torso, la cabeza y los brazos, cuyos tatuajes y huellas dactilares derivan en la identificación de Marta Peña Zamorano (31), una simpática pero adicta madre de 3 hijos, marcada por la violencia intrafamiliar, que hace poco se había separado de su última pareja por maltrato.
Múltiples hipótesis
Las primeras pistas hacen pensar a la policía que se trata de un crimen pasional, aunque luego de algunos días, declaraciones de presos de la aledaña ex penitenciaria, conducen a que todo se trató de un ajuste de cuentas narco, ya que Marta era adicta y dealer de cocaína, y tras sufrir un quiebre con su "jefe" habría sido eliminada.
Debieron pasar muchos meses y el descarte de decenas de sospechosos, antes de que la PDI abriera otra arista de investigación: un crimen ligado a la prostitución.
Es que pocas semanas antes de morir, Peña se había iniciado en el mundo nocturno del sector centro sur de Santiago centro, arriesgando su integridad para pagar un par de cuentas y satisfacer su vicio. Al levantar su cadáver, los peritos constataron que la única parte que faltaba del cuerpo era la pelvis de la mujer.
Así también, tras largos estudios, concluyeron que antes de morir, Marta recibió golpes en la cabeza y pereció ahorcada con un lazo. Luego fue desmembrada por alguien con expertise en faena animal, para finalmente ser quemada y abandonada en el carro de un súper la noche del 21.
Las últimas teorías suponen que incluso podrían haber actuado 3 personas distintas. Una que mató a Peña, otra que redujo y envolvió su cuerpo con mucho oficio, y una tercera que dejó arder el cadáver durante toda la noche a sólo metros de la cárcel.
De acuerdo a la investigación, la tarde de su muerte, Marta Peña subió a un auto en su zona de trabajo y nunca más volvió. La autopsia comprobó alta presencia de alcohol y cocaína en su cuerpo.
Han pasado más de cinco años desde su muerte y hasta ahora todavía no existe un sospechoso al que seguirle la pista, pues todos fueron descartados, mientras que el cojo del carro de súper -que fue grabado por una cámara de seguridad cercana- nunca más apareció, dejando la duda de si se trataba de alguien que lo estaba haciendo por trabajo u obligado, pues a diferencia del resto, no logró realizar de manera óptima su cometido.
Analizando el carro de súper, la PDI encontró sangre de otro cadáver que nunca logró ser identificado, ni muchos menos hallado.
Lo único concreto en este caso es una animita a "Martuka", que fue construida en el lugar de la quema y que es fielmente seguida por familiares de presos, pues aseguran, es milagrosa.