Doña Edelmira Muñoz nació en 1910 en Chillán, justo cuando en Chile se celebraba nuestro centenario, año en que asumía la presidencia Ramón Barros Luco, y dos calendarios antes de que se hundiera el Titanic.
Con ese historial en el pecho, la iñora quiere tirar la casa por la ventana, y celebrar sus 106 años con un malón como el Tata Dios manda.
Y para ello su familia, compuesta por 5 hijas, 15 nietos, 3 bisnietos y 2 tataranietos, está armando una fiesta que tendrá la particularidad de tener invitados sobre los 100 años.
Según cuenta su nieta Roberta Chávez, la idea es que lleguen 10 tatas para reunir de un sólo paraguazo 1.000 años de vida, y hasta el momento ya tienen 4 confirmados.
"Será una fiesta con almuerzo, que se realizará en nuestro complejo turístico Aqualipso, ubicado en la comuna de Pinto, cerquita de Chillán, el próximo sábado 17 de diciembre", cuenta la nieta.
La chiquilla asegura que la idea de realizar la centenaria jarana nace porque "desde los 80 años que le estamos celebrando el último cumpleaños, ya que ella tuvo un cáncer que los doctores no le quisieron hacer quimioterapia. Fue una etapa difícil, pero gracias a Dios lo superó".
Por lo mismo, Roberta cuenta que "ahora no vamos a dejar que pase piola. Decidimos hacer una fiesta en grande y demostrar que hay otros abuelitos en buenas condiciones".
Lo más llamativo de todo es que pese a sus 105 años, la chiquilla se mantiene terrible de activa y con muy buen humor y su nieta la considera un verdadero "milagro".
De hecho, doña Edelmira colabora en el recinto turístico de la familia, donde las hace de anfitriona, se toma una copita con los invitados, e incluso les canta una canción.
"Se siente útil. Tiempo atrás le daba vergüenza, pero ahora pide que la presenten", cuenta Roberta, quien recuerda una anécdota que vivió con su nona.
"Ella una vez nos contaba que cantaba en Chillán un caballero que muy pocos tenían acceso a él, y no se acordaba de su nombre, sólo decía que se llamaba Ramoncito. Un día nos mostró su casa y nos dijo que ahí lo veía cantar, y era la casa de Ramón Vinay, que está en el mercado, en el centro de Chillán", soltó.
tranquiléin
Doña Edelmira está tranquila, a la espera de su apio verde. Según contó a La Cuarta, para la ocasión "tendré que prepararme bien, quiero que me acompañen para no estar solita. Me siento muy bien y aquí con mi familia somos muy unidos, con el favor de Dios".
La nona no se anda con chicas y cuenta que no se cierra a encontrar su media naranja en la fiesta, aunque el abuelito debe cumplir ciertas condiciones.
"Tienen que ser simpático, con un buen físico y buenmozo", soltó.
- Bien golosa, usted...
- Bah, si quiero verlo para agarrar bueno, jajajá.
- ¿Cuál es el secreto?
- Mi secreto es siempre estar tranquila y pensando cosas buenas. Y de vez en cuando me tomo unos traguitos para alegrar la vida.
- ¿Y sus mejores recuerdos?
- Mi padre que era profesor normalista, igual que mi esposo, que se fue ya, los recuerdo mucho. Pero estoy sin compañía, así que ando buscando a alguien, jajajá.
Su nieta Roberta cuenta que a la abuelita se le mandó a hacer un traje; la pastelería "La abuelita", como no podía ser de otra manera, se puso con la torta, y varias personas que conocieron su historia, hasta le han mandado flores.