"Quiero que asesinos se sequen en la cárcel"

Pocos minutos de desarrollo llevaba la audiencia en que Raúl López, uno de los imputados por el homicidio de Daniel Zamudio, pedía su libertad cuando la madre del joven, presente en el tribunal, explotó de rabia.

"¡Asesino de mierda de mi hijo, infeliz!", le gritó la mujer entre sollozos a López, motivo que llevó al juez Cristián Sánchez a llamar la atención al público, ya que de lo contrario desalojaría la sala.

Posteriormente continuó la vista de la petición de una medida cautelar menos gravosa a favor de López, por parte de su defensora pública Karen Fernández, quien solicitó arresto domiciliario total.

Fernández, mediante un informe elaborado por el tanatólogo Luis Ravanal, aseguró que la muerte de Daniel fue producto de múltiples infecciones intrahospitalarias que contrajo mientras estuvo en la Posta Central.

Según la abogada, el fallecimiento de Zamudio no fue directamente por la brutal agresión propinada por López y otros tres jóvenes. De acuerdo a su tesis fue por "una serie de nefastas malas prácticas médicas".

Dijo que Daniel contrajo cinco agentes infectantes intrahospitalarios. Uno de ellos apareció en el tubo desde el que recibía oxígeno.

Mencionó que el 19 de marzo, a las 10.50 horas, el paciente tuvo una crisis convulsiva, hubo una comprensión del tubo que obstruyó la vía aérea y se produjo un paro cardiorrespiratorio. Sólo 25 minutos después lo lograron estabilizar pero sufrió una hipoxia, es decir, falta de oxígeno en su cerebro.

El juez Sánchez dijo que no era una tesis "descabellada", pero igual dejó preso a López porque sí o sí deberá cumplir una condena en cana.

"No pueden estar afuera, tienen que secarse en la cárcel, cadena perpetua", pidió Jacqueline.

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