Fue como salir de madrugada del Tentación Grado 3, ese gimnasio santiaguino con show continuado: Con los bolsillos planchados y sin ni uno, a pesar de todo el falso amor que uno creyó encontrar allí.
Así salió el Rafa Olarra de la notaría en que firmó su finiquito del Bulla: Sin recibir ni un peso, porque abrumado por la presión de Azul Azul y, ante la necesidad de firmar por dos años con Unión, puso la "X" debajo de donde decía: "Wajajajá".
Sin embargo, el Flaco habría dejado abierta la posibilidad de iniciar todas las acciones legales a su alcance para que Azul Azul le pague después.
Claro que el basureo partió el sábado en la noche, luego que los capos de Azul Azul lo citaron a entrenar al cachar el interés de algunos equipos por contar con el Flaco, públicamente despedido el viernes de la "U". De esta manera se podían ahorrar las lucas del finiquito.
-¿Tuviste que agachar el moño?
- Sí, absolutamente de mi parte en el aspecto económico. Firmé en cero.
- ¿Esperabas este trato?
- Para nada, fue todo al revés de lo que esperaba. Podrían investigar lo que ha pasado, pero yo me voy con la conciencia tranquila.
- ¿Es el famoso pago de Chile?
- Así es, el pago de Chile me tocó vivirlo y me voy triste por la situación, no le echo la culpa a nadie y estoy agradecido de cómo reaccionó el medio futbolístico: Tuve varias ofertas.
- ¿Penca?
- Estoy dolido, esta no era la manera de salir.
- ¿El Colocho está en las mismas?
- En general no ha sido el mejor manejo, pero hay que respetar a la gente. No creo en inamovibles ni en vacas sagradas, pero es fácil abrazarse en los buenos momentos. Lo difícil es hacerlo en los momentos malos.