Sin decir ni pio, y resguardado por cuatro policías de las Fuerzas Especiales rumanas, llegó al aeropuerto de Bucarest, Rafael Garay.
Si bien se sabía que tres funcionarios de Policía de Investigaciones de Chile iban a estar cachando cada movimiento del pelado desde Rumania al terruño, no se esperaba un despliegue policial tan grande.
Los agentes de seguridad rumanos iban con traje de camuflaje azul y negro, casco, chaleco antibalas, pasamontañas y armas, atentos a cualquier situación externa que se les presentara.
Garay, de quien no se tenía imágenes hace caleta de rato, se presentó con una chaqueta, gorro de lana y barba de varios días. Y ante el acoso de la prensa local y chilena que se encontraba en el aeropuerto, el imputado por más de 37 estafas económicas mantuvo un completo silencio.
VUELVO...
Ahora el pelado esperará subirse al avión y hacer un viaje de 24 horas hacia la copia feliz del Edén. Eso sí, antes tendrá que hacer una escala ultra latera de siete horas, en París.
Se espera que esté llegando a Chilito este jueves a las 10 de la mañana y pase derechito al anexo policial Capitán Yáber. Allí deberá esperar sentadito su control de detención en tribunales.
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