Hasta la Fiscalía Local de Puente Alto llegaron ayer en la tarde los padres de Khaterinne Mella (20), para ratificar una denuncia en contra de su pololo Juan Pablo Moya por introducir fármacos abortivos en la vagina de la joven.
Katherinne llegó en la madrugada del jueves hasta el hospital Sótero del Río con fuertes hemorragias y dolor de vientre.
Pese a que los galenos lograron salvar la vida de la lola, nada pudieron hacer por el feto de seis semanas que llevaba en su interior.
"Mató a mi nieto, y casi mata a mi hija; lo pagará", piteó Emilia Galaz, madre de la joven.
La mujer exige que Moya (21) dé la cara y que le devuelva a su hija una cartera con documentos y un celu, que -según ella- el perico se habría llevado el día de la tragedia.
Katy fue dada de alta ayer y volvió a su casa en Puente Alto.
El pololo, por su parte, arriesga de 3 a 5 años a la sombra, si se le comprueba el delito de aborto sin consentimiento de la víctima y "¡sin violencia!". Plop.
INOCENTE
A pesar de las acusaciones, no todos crucifican al joven estudiante de derecho.
Marco Maturana trabaja de panadero para el padre de Moya, y pone las manos al fuego por el chico.
"El aborto fue cosa de los dos. ¿Cómo ella no va a cachar que le metieron pastillas?", alegó.
Cristián Martínez C.