El 2012, con bombos y platillos, el entonces Presidente Piñera anunciaba "el mejor Censo de la historia". Pero la cosa salió mala, al punto de que es por eso que ahora se tuvo que repetir la dinámica.
En todo caso, el de ayer fue un Censo abreviado, que justamente buscaba enmendar la pega que se hizo en la consulta nacional de hace un par de años.
¿Sabe qué cosas fueron las que salieron mal y que obligaron a la aplicación de esta repetición, que no estaba en los planes de nadie? Por si nunca cachó, o sencillamente lo borró de su disco duro, aquí le contamos las principales razones por las que fracasó el Censo del 2012.
Lo primero, fue el altísimo nivel de omisión, ya que más de 1 millón 700 mil personas no pasaron por el lápiz de los censistas, es decir, un 9,6% de la población registro negativo, lo que provocó una escasa representación.
Otra de las falencias fue el conteo de extranjeros, ya que el fallido Censo contó 120 mil habitantes llegados desde otras latitudes, mientras que en Extranjería manejaban una cifra de 220 mil extranjeros, cifras muy distantes que pusieron en entredicho el estudio.
1,7
millones de habitantes no fueron encuestados en el fallido Censo del gobierno de Sebastián Piñera, hace pocos otoños.
También se presentaron fallas técnicas en el apartado de viviendas abandonadas, que alcanzaron un número mucho mayor al realmente estipulado, ya que los voluntarios muchas veces metieron las patas calificando como "abandonadas" a mejoras que sólo estaban sin sus moradores.
Donde tampoco le achuntaron fue en la cifra de masculinidad, que no permitió establecer la cantidad real de hombres y mujeres en Chile. ¿Algo más? Sí, se cree que los datos obtenidos en terreno fueron mal ingresados al sistema.
¿Pasará lo mismo con el Censo de ayer? Esperemos que no.
100 mil
Extranjeros menos de los que registraba Extranjería arrojó el Censo 2012. El número debía ser cercano a los 220 mil en ese momento y no estuvo ni cerca.