Los 12 niños que salieron con vida desde el interior de una cueva en el norte de Tailandia viven por estos días un estrés postraumático a raíz de la situación extrema que les tocó vivir.
Salir de ese estado, no es fácil. Según el psicólogo de la U. Bernardo O'Higgins, Rodrigo Pereira, "inicialmente y a corto plazo, puede verse afectada la convivencia social, como familiar y escolar. Se puede producir ansiedad, miedo, angustia y somatizaciones como trastornos de sueño, irritabilidad, aislamiento social e incluso una alteración en el procesamiento de la información".
Por ello, el profesional recomienda un tratamiento adecuado y evitar otras patologías, como trastornos de la personalidad, provocación de autolesiones, ideación o intento suicida y abuso de drogas o alcoholismo.
Para sobrellevarlo, sugirió "una psicoterapia individual y familiar, desde el enfoque cognitivo conductual, tratando de reducir la sintomatología ansiosa y la incapacitación del pensamiento, como por ejemplo, manejo de la culpabilidad".
Y si se llegara a requerir, se le debe entregar apoyo neurológico o psiquiátrico con fármacos, donde principalmente se utilizan inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (sustancia responsable de mantener en equilibrio nuestro estado de ánimo).