Récord mundial: tenemos nona de 92 ''embarazada''

Un caso que dejó viendo pajaritos a la profesionales de la salud ocurrió  en el Hospital Claudio Vicuña de  San Antonio, donde descubrieron que una viejita de 92 años tenía un feto en su vientre.

La señora R.M.J., con domicilio en la comuna de Navidad, Región de O’Higgins, nunca supo que la visitó la cigüeña hace 50 años y menos que tenía  un feto de 28 semanas momificado en su guata.

“Esta mujer llegó con dolor abdominal y luego de los exámenes se descubre que había un feto. Por lo conversado con colegas de ginecología,  me dicen que es un suceso extremadamente poco frecuente. Seguramente para llegar a este tipo de diagnóstico se debe haber hecho una ecotomografía o un scanner que a la larga lleva a ese diagnóstico”, descaseteó el submandamás del hospital, doctor Carlos Vega.

Al enterarse de su situación médica, la teclita explicó que todo este tiempo su hinchazón de vientre se debía a la menopausia, por lo que no le dio mayor importancia.

“Seguimos buscando antecedentes, ya que como señalé estos casos son muy poco frecuentes, fue un hallazgo incidental. Esta señora fue vista en urgencia, pero ya fue derivada a su domicilio y citada para un control ambulatorio en los próximos días”, descaseteó el doc Vega.

Se informó que debido a la avanzada edad de la señora no se le extraerá el feto de su interior, pues además ya no le causó daño a su humanidad. Igual pascual se le realizarán exámenes de rutina.

CASO BRASILEÑO

En febrero del año pasado, un caso idéntico sacudió a las matronas de Brasil, donde una veterana de 84 calendarios descubrió que llevaba una guagüita en su vientre desde hace 44 años.

En aquella oportunidad se indicó que la mujer había sentido dolores en su vientre durante su embarazo avanzado, pero como en esos años no había médicos a la mano, tuvo que recurrir al curandero del barrio. Éste le recetó unas tomas de hierbas que calmaron sus dolencias, pero que a la vez la habrían hecho abortar.

Con el tiempo se olvidó del tema y siguió su vida normalmente, ya que no le afectó su salud. Pero al cumplir sus 84 primaveras,  le dolió la pancita por comer torta, y se llevó la tremenda sorpresa.

“Pensé que lo había expulsado naturalmente, así que por eso nunca me preocupé. Igual no quiero que me lo saquen de adentro”, soltó la fémina en aquella oportunidad.

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