Lo han calificado de loco, soñador, un Quijote sin Molino. Pablo García (43) es un pibe que desde peque soñó con ser como el protagonista del libro de Julio Verne y dar la vuelta al mundo.
Eso sí, el trasandino pensaba cumplir su hazaña no en un globo, sino en una bici y en dos años y medio máximo, "pero no tenía idea lo que estaba planeando, pues ya llevó 15 en este proyecto y todavía me faltan un par de meses", aclaró el che.
Partió de Argentina cuando tenía 27 años. "Tomé un avión a Ciudad del Cabo, en Sudáfrica... Pensé, si puedo pedalear ese continente, lo puedo hacer en el resto del mundo", señaló.
REGISTRA TODO EN SU PÁGINA www.pedaleandoelglobo.com
Pablo ha ido documentando cada país que visita."En total, son 105 y dejé Chile al final como postre. Llegué a Santiago el martes y mañana parto rumbo al sur hasta febrero cuando volveré por fin a mi casa", manifestó.
Reveló que cuando comenzó tenía auspiciadores argentinos, pero con el correr del tiempo fue consiguiendo donaciones en la misma región que recorría. "Hoy me mantengo vendiendo en la calle el documental que ya tengo listo y antes vendí mi libro", soltó.
El alojamiento puede ser brindado por algún integrante de la comunidad de viajeros que reúne la página www.couchsurfing.com o la naturaleza.
Eso no le complica a Pablo, que viaja liviano, acompañado sólo de su bici (la actual es la tercera) y un lote de alforjas donde tiene todo lo necesario para sobrevivir.
Contó que durante estos años ha sufrido toda clase de experiencias y que una vez, en Irán, estuvo al borde la muerte. "Me pilló la noche en la carretera y me acerque a un grupo de personas que rodeaban una fogata, creí que era una familia. En realidad eran narcotraficantes que estaban dispuestos a matarme, pero saque de mi bicicleta una bandera de Irán y otra de Argentina y empecé a gritar Maradona, Maradona… Me dejaron ir, por eso digo que él me salvo la vida".
TERMÓMETRO DE UN VIAJERO
-Los más hospitalarios:
Los musulmanes.
-Las mujeres más bellas:
En el norte de África.
-Los más cosmopolitas:
Los europeos.
-La mejor comida:
En Egipto.
-La peor comida:
En África, donde tomé leche con sangre.
-Los fomes:
Anglosajones.
-Los que hacen sentir en casa:
Latinos en general.