"Nosotros no conocíamos al pueblo chileno, pero estamos muy agradecidos de la acogida", afirmó uno de los 66 ciudadanos sirios que ayer arribaron al aeropuerto de Santiago.
Sus palabras son, quizás, el reflejo de las 14 familias que desde hoy comenzarán a hacer sus vidas en Chile con la esperanza de lograr la paz que le ha sido tan esquiva en los últimos años.
El alcalde de Macul, Gonzalo Montoya, relató que "serán siete familias las que vivirán en la comuna. Tienen la condición de refugiado, esto significa que se agilizan todos los papeles para que tengan su residencia en el país, mañana (hoy) se harán los carnet en el registro civil".
El edil contó que los recién llegados "vivían en Siria y luego estuvieron cuatro años en El Líbano por motivo de amenazas y muerte. Ver la cara de felicidad de los niños y los padres esperanzados fue bastante emotivo".
Montoya contó que los refugiados ya están en sus casas, en distintos barrios residenciales de Macul.
Además, debido a que ninguno de los refugiados habla español, señaló que "los seis primeros meses harán cursos intensivos de español. Una de nuestras labores es insertar a los niños a jardines y a la familia en consultorios, luego buscarles posibilidades de trabajo. El primer año de arriendo de vivienda ya está cancelado".
Villa alemana
En tanto, el alcalde de Villa Alemana, José Sabat, donde llegarán otras siete familias, afirmó que "los vecinos preguntaban qué podían hacer, cuál sería su misión para ayudar en el bienestar y eso llena de emoción".
Agregó que "lo primero es enseñarles el idioma, que aprendan frases típicas de Chile. Luego nuestra misión es que ellos tengan la posibilidad de trabajar".
Adolfo Numi, presidente de la Sociedad de Beneficencia Siria, aseguró que "facilitaremos intérpretes a la comunidad en sus primeros días. Veremos en terreno las necesidades que tengan".