Fuerte testimonio remeció a Paulina de Allende-Salazar, quien no puedo disimular su impacto.
Paola Vera, esposa del hombre de 46 años que falleció luego de ser secuestrado en la localidad Collipulli, habló por primera vez acerca de lo ocurrido el día en que un grupo de desconocidos se llevó a su marido, en junio.
El hecho se relaciona con el secuestro de dos personas acusadas de robar armas a una comunidad mapuche en el pasado mes de junio. Uno de los secuestrados (recientemente detenido en la capital) logró huir y denunció el hecho -y una serie de torturas- ante Carabineros. La segunda víctima falleció producto de las agresiones sufridas por sus captores.
Cabe recordar que, a raíz de este brutal ilícito, 12 personas permanecen en prisión preventiva.
Sobre la dramática situación, la mujer contó a Mucho Gusto que "a mi esposo lo fueron a sacar de la misma casa. Yo estaba cocinando cuando siento ruido. Le decían 'tírate al suelo'. A mí me apuntan con una arma, pero mi esposo ya no estaba en el taller. El tipo que me apuntaba me dice que me lo iban a entregar cuando apareciera lo que andaba perdido (armas)".
"A él le habían apuntado una pierna, él no salía, siempre andábamos los dos. Yo sé que él no tiene nada que ver (...) él nunca ha estado condenado a nada. Se han dicho cosas que no son ciertas. Él no está aquí para defenderse, pero estoy yo para luchar y para que se haga justicia", añadió.
Respecto a los antecedente que maneja del caso, confirmó que a "ellos los torturaron, fueron muy inhumanos. Lamentablemente mi esposo tocó la peor parte, porque en el momento en que el otro niño se arranca, a mi marido lo asesinaron. Y no bastó con eso, sino que destrozaron su cuerpo. Yo aún no puedo darle sepultura a mi esposo, porque no me han entregado sus restos".
Impactante relato
Consultada sobre sus conversaciones con el segundo secuestrado, quien logró huir del lugar, la mujer reveló que "él me dice que no tenía nada que ver con el tema. Él quedó dañado también (...) Me dijo que los sumergían durante horas en el río, y que los obligaban a mandar mensajes, y que si no lo hacían los golpeaban. Incluso a él les echaron grasa caliente en la boca, cuando ellos no se aprendían lo que ellos querían que dijeran". Las palabras de Paola remecieron a Paulina de Allende-Salazar, quien no puedo disimular su impacto.
"A mi esposo le sacaron su dentadura con un alicate, le cortaron su oreja y así fueron sucesivamente los malos tratos", añadió la mujer, quien se encontraba acompañada de su hija.
Finalmente, entre lágrimas, reconoció que "día a día pienso, y me imagino esas imágenes cuando le están haciendo daño, el sufrimiento que debió haber sentido".