La madrugada del jueves Iván Cárdenas Rodríguez (23) no cabía en sí de gozo, pese a que no había pegado pestaña durante toda la noche. Es que tras cumplir cuatro años de condena en la Cárcel de Punta Arenas, el reo fue dejado en libertad.
Claro que bastaron un par de minutos para que su felicidad se perdiera como lágrimas en la lluvia, debido a que nuevamente fue detenido por personal de la Sección de Investigación Policial (SIP) de Carabineros tras una acusación por su supuesta participación, durante el fin de semana anterior, en una riña al interior del centro de reclusión de la capital magallánica.
Entonces, como si fuese una novela policial de Agatha Christie, la historia de Cárdenas Rodríguez sufrió un vuelco inesperado y tuvo que ser trasladado hasta el Juzgado de Garantía de Punta Arenas, donde se le indicó que se iniciaba una investigación en su contra por tales hechos.
Según lo señalado en la formalización de cargos, el 5 de mayo, y alrededor de las 9.40 horas, se produjo al interior del módulo C1 una agresión en contra de los internos Daniel González Palma, Iván Morales Rivas y Manuel Ruiz Zúñiga, por otros reos.
La paradoja
El imputado Cárdenas Rodríguez, junto a otros cuatro reclusos, habría ingresado a las habitaciones de las víctimas para supuestamente agredirlas con armas hechizas.
Ruiz Zúñiga y González Palma resultaron con lesiones menos graves, mientras que Iván Morales Rivas presentó múltiples heridas que fueron catalogadas como graves.
Tras la audiencia, a Iván Cárdenas se le imputaron cargos por el delito de lesiones graves en contra de Morales Rivas, además de porte de arma blanca, lo que lo libró del un nuevo castigo tras las rejas.
Sin embargo, quedó con prohibición de acercarse a las víctimas, como medida cautelar. O sea, no puede visitar ni acercarse al complejo penitenciario.
Además, Cárdenas Rodríguez quedó con detención domiciliaria y arraigo regional, durante los 60 días que se fijaron de plazo para el cierre de la investigación.